Muchas leyendas de la época medieval que han perdurado hasta nuestros días mencionan a unos demonios de apariencia femenina conocido como Súcubo, temidos por seducir a los hombres para absorber su energía a través del sexo.
La palabra «Súcubo» proviene del latín y su significado literal es «amante». Otras personas aseguran que proviene del «succubare», que significa «estar debajo», como una referencia a la posición de un individuo cuando es atacado por un demonio. Pero lo cierto es que, desde finales del siglo XIV, los Súcubo ya eran altamente conocidos.
Se les describe como un demonio femenino que está en la búsqueda de un encuentro sexual con una víctima, y ha sido mencionado en diferentes culturas del mundo.
A pesar de que puede atacar de otras maneras, la mayoría de apariciones de estos demonios se produce cuando las personas duermen. Las víctimas han declarado que la experiencia en sí misma es satisfactoria, pero que no pueden dejar de sentir angustia durante el acto.
Esa «angustia», es la sensación que sufre la victima cuando el demonio drena su vitalidad. Sensación que es escondida detrás del placer proporcionado.
La historia de los Súcubos
Los registros sobre estos seres aparecen incluso antes de la creación misma. Se cree que Lilith, la primera mujer creada por Dios y que fue omitida en el cristianismo, se convirtió en un Súcubo al dejar a Adán y negarse volver al Jardín del Edén al unirse al arcángel Samael.
Existen registros que mencionan a cuatro primeros Súcubos que se unieron a Samael: Lilith, Eisheth, Agrat bata Mahlat y Naamah. Representadas como hermosas mujeres con alguna deformidad en su cuerpo, como garras o colas de serpiente.
De la misma manera, existen registros históricos de padres cristianos que han «luchado» contra estos demonios. El caso del Papa Silvestre II es el más recordado, debido a que el mismo pontífice estuvo involucrado con un Súcubo que le ayudó a escalar posiciones dentro de la Iglesia. Tal cual lo reveló en su lecho de muerte.
¿Los Súcubos pueden ser combatidos?
Hasta la fecha no se ha encontrado registro que mencione de algún método específico para combatirlo. Sin embargo, se han dejado consejos a lo largo de la historia para su protección:
Descartar problemas médicos en primer lugar. Una vez hecho esto, reconocer y comprender lo que sucede. De esta forma, su hechizo pierde el efecto y no existirá la parálisis.
Lo más importante que se debe tener en cuenta es que jamás se debe desafiar a este demonio. Sin embargo, se debe dejar claro sabemos lo que es y su procedencia. De esta manera, y sin desafiarla, se puede solicitar que se aleje de su vida.
Otro registro importante menciona que la persona atacada, mientras continúa dormida, debe intentar olvidarse de lo que ha «soñado».
Entre los registros cristianos mencionan que la oración a Dios es una de las armas más importantes en contra de estas criaturas.
Casos reales de Súcubos
Como hemos mencionado anteriormente, los registros sobre Súcubos abundan. Una de las historias más reconocidas le sucedió a un cronista medieval, quien registró la historia real de un hombre que se involucró con un Súcubo. Ese hombre se convirtió en el Papa Silvestre II.
Gerbert Aurillac nombre de pila del Papa Silvestre II fue abordado una noche por una misteriosa, pero hermosa mujer llamada Meridiana, cuando sus pensamientos se encontraban convulsos por la lujuria gracias a la hija de un presbítero universitario de la cual se enamoró y le rechazó.
Meridiana le ofreció todo el placer, conocimiento, poder y riqueza que quisiera siempre y cuando este le fuese fiel durante toda su vida. Y así fue; Gerbert poco a poco empezó a escalar puestos dentro del a iglesia, convirtiéndose en Arzobispo de Reims.
Antes de alcanzar el puesto de Papa, Gerbert fue «infiel» a Meridiana en una noche de borrachera y esta, supuestamente, lo perdonó. Pero años después, como si se tratase de una sentencia, le dijo que moriría durante una peregrinación en Jerusalén.
Aterrado, el Papa Silvestre organizó una reunión donde, públicamente, reveló toda su experiencia, arrepintiéndose. El viaje a Jerusalén fue cancelado, sin embargo, falleció en Roma, donde fue enterrado. De acuerdo a la leyenda, su tumba se encuentra siempre cubierta de un líquido translúcido similar al sudor. Supuestamente como un reflejo de su sufrimiento en el infierno.
Otro de los casos más documentados es de JK Hyusmans, un escritor francés del siglo XIX, quien fue víctima de un Súcubo mientras dormía en un monasterio.
Hyusmans había dedicado gran parte de su vida en la exploración paranormal, por lo que había organizado una peregrinación para reforzar su fe en Dios y alejarse de esos caminos.
Sin embargo, una noche, mientras dormía en la celda monástica, su sueño fue interrumpido abruptamente, sintiendo los espasmos del clímax sexual. Su mirada somnolienta le permitió ver levemente una figura femenina despareciendo. En ese momento se convenció que no era un sueño y que aquella mujer era un Súcubo.
Súcubos reconocidos
Al hablar de Súcubos famosos, Lilith debe aparecer en primer lugar; la primera mujer creada por Dios junto a Adán que rechazó el paraíso para unirse al arcángel Samael.
«Un al duwayce», otro famoso Súcubo que tiene su origen en oriente medio. Los registros históricos la muestran como una bella y perfumada mujer que vaga por el desierto. Esta mujer seduce a los hombres para llevárselos a la cama. La versión más famosa de este relato la describe con un órgano sexual «dentado», con el cual castra a sus víctimas y las deja morir en el desierto.
Sin embargo, existe una larga lista de Súcubos en todo el mundo bastante conocidos de forma local, incluso en Latinoamérica. Algunos ejemplos son:
- La Sayona, la cual es una mujer que aparece en los llanos venezolanos que se caracteriza castigar a los hombres infieles.
- La Siguanaba de Centroamérica. Según sus relatos, se muestra desnuda frente a los hombres fiesteros para enloquecerlos.
- En España está la leyenda de la Serrana de la Vera, una mujer hermosa con características idénticas a la del Súcubo tradicional.
- Yuki-onna, de Japón, es un yōkai o demonio que aparece en las noches nevadas.
¿Qué dice el cristianismo?
San Agustín, santo católico, menciona a algunos Súcubos e Íncubos en sus obras, relatando la existencia de demonios sexuales los cuales son exterminados mediante exorcismos.
Pero en la biblia también se puede leer en muchas ocasiones como espíritus demoniacos tomaban apariencia humana para relacionarse sexualmente con ellos.
En el libro de Génesis 6: 1-2 se puede leer lo siguiente:
«Y sucedió al momento que los hombres empezaron a multiplicarse sobre la Tierra, y nacieron sus hijas, 2 los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran bellas, y las tomaron para sí».
Teólogos aseguran que el significado de estas escrituras es que los espíritus demoniacos se relacionaron con mujeres humanas de forma sexual.
Ahora, partiendo de la primicia de que el cristianismo basa su creencia en la fe y amor a Dios, todos los relatos que se pueden encontrar, tanto en la biblia y crónicas de creyentes, mencionan al Súcubo como demonios enviados por Satanás para poner a prueba su fe en Dios.
¿Cómo saber si estás siendo atacado?
Pudiera parecer algo obvio; atacan durante los sueños, haciendo que el subconsciente experimente estimulación sexual y sensaciones físicas percibidas durante las relaciones sexuales. Sin embargo, y a pesar de que en la inmensa mayoría de los casos, estas criaturas se manifiestan durante la noche, pueden atacar en cualquier momento.
Testimonios las describen como entes espirituales. A pesar de tener un aspecto físico femenino, su aura claramente no es de este mundo. Y si las desafías, podrían volverse violentos y golpearán, ahogarán y perturbaran el ambiente, rompiendo o moviendo cosas drásticamente.
Otra característica que genera un Súcubo en las personas es el aumento de su apetito sexual a un nivel prácticamente incontrolable, apoderándose de cada pensamiento de la persona. Al punto de obligarlo a realizar actos indecorosos en público.
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