Un antiguo juego de mesa egipcio, al parecer, era usado como un conducto a través del cual podían comunicarse con los muertos.
Conocido como Senet, este juego de mesa era muy popular en todos los niveles de la sociedad egipcia. Se convirtió en un juego con profundos vínculos con el más allá, jugado en un tablero que representaba el inframundo.
Saltó a la fama hace unos 5.000 años y siguió siendo el juego elegido por muchos egipcios durante los próximos milenios.
En qué consistía
El juego, que puede haber sido un poco como el backgammon, se jugaba en una cuadrícula de 30 casillas dispuestas en un patrón de tres por diez y generalmente estaba construido de madera, loza, marfil o una combinación de estos materiales.
Cada jugador tiraba un tipo de dado para determinar cuántas casillas mover sus «peones».
Algunos de los cuadrados tenían una función específica similar a «perder un turno» o equivalente.
Pero luego, cambió el tipo de entretenimiento…
Lo que es particularmente interesante es que se calcula que aproximadamente 700 años después de su invención, las representaciones artísticas del juego comenzaron a mostrar a los participantes jugando contra lo que parecían ser sus amigos y familiares fallecidos.
El juego comenzó a cambiar de una mera forma de entretenimiento a algo con significado espiritual y ritualista con el paso de las piezas en todos los ámbitos para representar el paso del alma que viaja a través del reino egipcio de los muertos y más allá.
Según los textos antiguos citados en la investigación, se creía que el Senet ofrecía un vínculo con la vida después de la muerte. Cuenta con un cuadrado con el símbolo del agua, algo asociado con el río de los muertos.
«Puede ser una de las primeras veces que este aspecto del viaje a través del más allá se visualiza en el tablero», dijo el arqueólogo y autor del estudio, Walter Crist.
La palabra Senet significa ‘pasar’, y el arqueólogo considera que podría referirse a la connotación religiosa del juego en el que la ‘ba‘ (fuerza animada de los seres fallecidos) pasa a través del ‘duat‘ (el inframundo donde el espíritu del difunto debía deambular), o a la mecánica del mismo, donde las piezas del juego se pasaban unas a otras en el tablero.
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El objeto del estudio hace parte de la colección del Museo Egipcio Rosacruz, de San José, California (EE.UU.), y podría proporcionar una nueva visión de la evolución del juego en los comienzos del Imperio Nuevo de Egipto.
Los hallazgos del estudio fueron publicados en The Journal of Egyptian Archaeology.