En la cultura popular, los espartanos se encuentran presentes como grandes guerreros que fueron capaces de hacerle frente a un ejército que les superaba por millones. Leales, valientes, feroces y los más temidos de la antigua Grecia, pero ¿Cuánto es real y cuánto es ficción?
300 espartanos hicieron frente solos a un ejército de miles de persas durante 3 días completos y, de esa manera, permitir que la ciudad de Atenas se preparase para enfrentarlos.
Un gran sacrificio que permitió que, a la postre, occidente sea tal como la conocemos.
Esta historia se popularizó gracias a Heródoto, quién escribió esta versión tiempo después de la batalla. En la cultura popular se afianzó aún más gracias a los cómics y película que Frank Miller realizó en el año 2006.
Pero a pesar de ello, la sociedad en general conoce muy poco la historia de estos grandes guerreros que no es tal cual como no los cuentan.
Educados para luchar
Esparta no se diferenciaba del resto de ciudades de Grecia. De hecho, ni siquiera era tan conocida por los filósofos y artistas griegos.
No fue hasta el año 700 a. C., que la ciudad empezó a cambiar. En esa época habían logrado conquistar a Mesenia, llevando a los mesenios hasta su sociedad como esclavos, también llamados helots.
En su mayoría, los helots eran personas que, en el pasado, brindaron solidaridad a Esparta, por lo que se sintieron traicionados e iniciaron diferentes protestas en contra de la esclavitud.
Esto generó que, con el tiempo, se creara una especie de paranoia colectiva que llevó a Esparta a preparar militarmente a todos los hombres que nacieran en busca de crear soldados capaces de hacerle frente a, en un principio, los helots, y con el tiempo, a cualquier ejército.
La guerra y los espartanos
Los espartanos se caracterizaron por estar siempre al pie de la lucha, pues eran criados y formados para la guerra y luchar era su propósito en la vida. A pesar de que muchos morían durante la batalla, siempre iban gustosos a participar, porque morir en batalla era la manera más digna de partir de este mundo.
Y esto no solo era para los soldados, sus familiares sabían de esta posibilidad y del valor de morir en la batalla, por eso siempre les hacían grandes honores al momento de partir a la guerra.
La cultura de la guerra en los espartanos era tan profunda que si se veían obligados a retroceder, el fracaso, la vergüenza y el deshonor que sentían era tal que, de igual manera, gran parte del ejército terminaba cometiendo suicidio.
Un entrenamiento idóneo para luchar
Aunque muchas personas no lo sepan, aún existen ciertas disciplinas deportivas que toman prestadas la exigencia física y mental y los fuertes entrenamientos a los que eran sometidos los espartanos desde muy temprana edad.
Comenzando por los exigentes castigos a los que sometían su cuerpo para que este desarrollara mayor fuerza y resistencia física. De esta forma, se combinaban estos entrenamientos de resistencia con ejercicios musculares, pero no cualquier ejercicio; empleaban aquel que les permitiera ejercitar la mayor cantidad de músculos a la vez.
Todo este entrenamiento les permitía llevar sin problema alguno todo el equipamiento de batalla espartano y resistir en las grandes luchas.
Este equipo consistía en una túnica y un manto rojo que cubrían las pesadas armaduras de bronce articuladas y el casco corintio. Pesadas espadas y escudos hechos de cuero, madera y bronce.
Sin embargo, esta vestidura clásica no siempre fue la principal; en el nacimiento del ejército espartano, su vestimenta era más parecida al de los soldados griegos, pero ellos querían un estilo propio que los diferenciara.
Por esa razón optaron por el manto y la túnica roja, además de algo que los caracterizó siempre; su cabellera larga.
Nacidos para la guerra
Algo que caracterizó a los guerreros espartanos es que ellos prácticamente habían nacido para luchar. El entrenamiento militar comenzaba normalmente ya con 7 años de edad y eran conocidos como «Paidon».
Los Paidon eran apartados de sus casas y los hacían vivir junto a sus compañeros para que fueran acostumbrándose a confiar en ellos. De hecho, un niño espartano debía aprender que su vida dependía de sus compañeros, y la vida de sus compañeros dependía de él.
Después de finalizar esa fase del entrenamiento, eran adiestrados en el uso de armas, así como en técnicas de ataque y defensa, tanto individual como en grupo. Así, hasta que cumpliera los 20 años, cuando ya estaban aptos para participar en batallas reales.
El mito de 300
La historia de Heródoto y su reafirmación con la película del año 2006 crearon un mito casi idílico de los guerreros espartanos. El cual no es totalmente cierto.
A pesar de que es verdad que sí los superaban en número de forma abismal, no eran 300 espartanos. De hecho habían más de 6000 soldados junto a los griegos, entre los que destacaban tebanos, corintios, tespios, hoplitas, arcadios, locrios, fliuntes y micenos.
Todos comandados, efectivamente, por Leónidas I y listos para enfrentarse a 200.000 persas. No a más de 2.000.000 millones como dice la película.
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Otro punto bastante importante a tener en cuenta es que Leónidas perdió la batalla. Los persas no solo consiguieron cruzar el paso de las Termópilas, sino que destruyeron varias ciudades griegas, incluyendo Atenas.
A pesar de que la historia los infló a punto de hacerlos parecer semidioses, no quita que estos guerreros fueron feroces y entregados a la lucha. La guerra de Termópilas fue una gran propaganda para promover el sentido patriótico a Esparta hasta su caída. Un mito que, a día de hoy, sigue vigente.
Referencias:
- ¿Qué sabes de los espartanos? – Un artículo de okdiario.com. https://okdiario.com/curiosidades/que-sabes-espartanos-5013162
- Desmontando el mito espartano: ni eran 300 ni salvaron la democracia – Un artículo de elespanol.com. https://www.elespanol.com/social/20180801/desmontando-mito-espartano-salvaron-democracia/326967604_0.html
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