Silbato de la muerte de los Aztecas: un artefacto sonoro antiguo con un rostro de calavera asociado a lo macabro y al inframundo.
Fue llamado Ehecachichtli por los aztecas, usado en guerras y ceremonias desde el año 400 a. C. Era tocado por guerreros, sacerdotes pero también civiles. Su sonido es similar al grito de una mujer (muy terrorífico) y los guerreros tocaban cientos de estos antes de cada batalla para generar angustia y temor en los enemigos.
En México se han encontrado numerosos instrumentos sonoros de los aztecas: flautas, trompetas y pitos de hueso, arcilla y de roca cincelada. Los pitos o silbatos suenan como el viento, aves, rugidos de animales y este Ehecachichtli que emite un sonido humano.
Silbato de la muerte de los Aztecas: ingeniería acústica
El nombre de «Silbato de la muerte» fue inventado por el ingeniero Roberto Velázquez Cabrera, experto en artefactos sonoros antiguos. Fue a partir del hallazgo de dos silbatos en las manos de un hombre sacrificado en el sitio arqueológico de Tlatelolco. Según Velázquez Cabrera:
Los silbatos han sido importantes, debido a su poco peso y tamaño, su portabilidad, su alta potencia percibida y su alcance sonoro (de 300 a 500 metros); por la altura de sus sonidos, ya que la mayoría generan señales con frecuencias fundamentales dentro del rango de máxima sensibilidad humana y de varios animales como los pájaros.
El diseño y sonoridad del Ehecachichtli fue reproducido a partir del examen de varios silbatos encontrados en el Cerro Mazatépetl (ahora conocido como Cerro del Judío).
Estos tenían su mecanismo acústico intacto, el cual lleva el aire de soplidos a través de un conducto y este a su vez lo dirige a la llamada «cámara del caos».
De esa cámara el aire va hacia otra cámara, una circular sin salida que permite el regreso y unión con otros soplidos que entran. Esa unión y reverberación es lo que genera el sonido atronador singular y amplificado. El sonido es similar al grito de una mujer, como se puede escuchar en el siguiente vídeo:
Producen estados alterados en el cerebro
El Silbato de la muerte se usaba en ceremonias dedicadas a dioses aztecas como Tezcatlipoca, deidad de la noche y Ehécatl, deidad del viento. El hombre de Tlatelolco, por ejemplo, fue sacrificado en un templo de Ehécatl. Debido a esto, se considera que el silbato se tocaba bastante en sacrificios humanos y rituales de la muerte y del inframundo.
Su sonido aterrador debe haber tenido un uso bélico: tocado por guerreros antes de las batallas. Cientos de estos silbatos sonando al unísono debió haber provocado angustia y temor en tribus enemigas. Velázquez Cabrera también concluyó que eran capaces de producir estados alterados en la mente humana (efectos «psicodélicos y alucinógenos»), debido a unos «batimentos infrasónicos complejos».
Referencias:
- Instituto Nacional de Antropología e Historia de México: https://www.inah.gob.mx/boletines/2225-silbato-de-la-muerte
- BBC: https://www.bbc.com/mundo/noticias-45027051
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