Hiperbórea: Historiadores griegos hablaron de ella como una tierra real de dioses y gigantes, ubicada al norte de Europa, posiblemente en el Ártico.
A pesar de ubicarse en el Ártico, era un reino de «primavera eterna», donde el Sol brillaba todo el día. Los hiperbóreos fueron gigantes e inmortales, descendientes de Gaia, diosa de la Tierra. Ellos tenían una teocracia con tres sacerdotes (también gigantes) y su rey era Apolo, dios solar que sobrevolaba los cielos.
Muchas culturas del mundo tienen leyendas de civilizaciones desaparecidas anteriores a la historia escrita. Esta tierra legendaria fue descrita primeramente por los griegos y luego por autores esotéricos como Helena Blavatsky.
Hiperbórea: tierra legendaria de dioses y gigantes
Según los griegos, este reino se encuentra al norte de la tierra de Bóreas, el denominado dios del «viento del norte». Este tipo de descripciones ha hecho pensar que Hiperbórea estaba en el Polo Norte (el Ártico).
Tenía campiñas y bosques hermosos, los cuales conformaban el «jardín de Apolo». Los habitantes eran gigantes antiguos y su rey era Apolo. El reino estaba gobernado por tres sacerdotes de Apolo, gigantes de 3 metros, hijos de Bóreas. Ellos realizaban sacrificios de asnos en honor al dios y los demás hiperbóreos, por su parte, le dedicaban un festival «eterno» de música y danza.
Heródoto mencionó a Hiperbórea en su libro Historias, de 450 a. C. Dijo que era una civilización muy respetada y que comercializaba con los griegos. Una leyenda dice que los hiperbóreos fueron los verdaderos constructores del magnífico templo del oráculo de Apolo en Delfos.
El historiador griego Hecateo de Abdera dijo que los hiperbóreos habían construido un «magnífico precinto sagrado para Apolo» y un templo esférico. Hecateo también dijo que esta tierra legendaria estaba situada más al norte de la tierra de los celtas (las islas británicas).
Hiperbóreos: seres inmortales
El poeta Píndaro redactó que los hiperbóreos eran seres extraordinarios, con una «sangre sagrada» y muy longevos… Probablemente inmortales. Píndaro dijo en su Oda Pítica 10:
Nunca la Musa está ausente
de sus maneras: las liras chocan y las flautas lloran
y por todas partes se arremolinan coros de doncellas.
Ni la enfermedad ni la amarga vejez se mezclan
en su sangre sagrada; lejos del trabajo y la batalla viven.
Eran sumamente pacíficos y no entraban en conflictos. De hecho, esta tierra legendaria es considerada por los griegos como un lugar más puro, más celestial.
Según mitos, Abaris fue un notorio profeta hiperbóreo a quien Apolo le había obsequiado una flecha con poderes mágicos y con la cual Abaris realizaba milagros en todos lugares del mundo.
Una historia adicional expone que esos inmortales hacían peregrinaciones y construían santuarios en Grecia, principalmente en la isla de Delos, donde la diosa Leto había dado a luz a Apolo.
Tradiciones esotéricas exponen que Hiperbórea fue donde se formó una civilización de origen celeste y que es la primera civilización en la Tierra, el primer hogar de los dioses en la Tierra. La filósofa esotérica Helena Blavatsky expuso en su Doctrina Secreta que los hiperbóreos fueron la Segunda Raza Raíz de la Tierra, antes que Lemuria y la Atlántida.
Esto ha hecho pensar que esta tierra perdida fue donde primeramente se asentaron los dioses extraterrestres (¡Apolo habría sido alienígena!). David Parcerisa de RIMBEL35 y Diego Múñoz hablan de ello en el siguiente vídeo:
En concreto, Hiperbórea es una tierra legendaria importante para los griegos, muy misteriosa debido a esa cualidad de pureza o divinidad, donde habitaban dioses. Tal vez fue el punto donde podía pasarse del reino celestial hacia el terrenal (como un portal cósmico).
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