Un equipo de investigadores holandeses resolvió un antiguo misterio sobre los Rollos del Mar Muerto gracias al uso de inteligencia artificial (IA).
Durante muchos años, algunas de las preguntas más importantes sobre los Rollos del Mar Muerto son quién los escribió y dónde. ¿Fueron estos manuscritos de 2.000 años de antigüedad escritos por un solo grupo en el desierto de Judea, quizás la enigmática secta conocida como los esenios? ¿O se originaron en diferentes lugares y dentro de varias corrientes religiosas judías?
Ahora, investigadores de la Universidad de Groningen (Países Bajos) utilizaron la inteligencia artificial para realizar un análisis más riguroso y analizar la escritura a mano en los pergaminos y de esta manera determinar cuántos escribas diferentes había detrás de cada texto.
Análisis de los manuscritos
Esos textos religiosos, también conocidos como los Rollos de Qumrán, son una colección de miles de fragmentos de más de 900 manuscritos de dos milenios de antigüedad, entre los que se encuentran copias de textos de la Biblia hebrea, y que fueron descubiertos a mediados del siglo XX en once cuevas.
Sobre sus autores se sabe muy poco, ya que las obras no fueron firmadas. En su análisis, los investigadores se centraron en un solo documento: el Gran Rollo de Isaías, que es el más grande y mejor conservado de los textos bíblicos. La escritura de este pergamino parece casi uniforme, aunque se ha sugerido que fue realizada por dos escribas que compartían un estilo de escritura similar.
Los rollos, que incluyen la versión más antigua conocida de la Biblia, han sido una fuente de fascinación desde su descubrimiento hace unos 70 años. Los primeros conjuntos fueron encontrados por un beduino en una cueva en Qumrán cerca del Mar Muerto en lo que ahora es Cisjordania ocupada por Israel; estos contienen manuscritos, en su mayoría escritos en hebreo, arameo y griego, y se cree que datan aproximadamente del siglo III a. C.
El equipo de investigadores examinó el pergamino de Isaías utilizando un reconocimiento de patrones «de vanguardia» e inteligencia artificial. Analizaron una sola letra hebrea, aleph, que aparece más de 5.000 veces en el rollo.
Mientras que para los investigadores es difícil comparar a simple vista los miles de letras del manuscrito, la inteligencia artificial puede analizar conjuntos de datos de tal amplitud y, en el caso del análisis de la escritura, es capaz de tener en cuenta tanto los caracteres en su conjunto como características más pequeñas, como las curvaturas individuales de cada carácter.
La inteligencia artificial aisló y comparó todas las instancias de caracteres individuales de los textos antiguos, revelando que las 54 columnas de texto del Gran Rollo de Isaías se dividieron en dos grupos distintos, que tuvieron una transición aproximadamente a la mitad del manuscrito. Esto permitió llegar a la conclusión de que la obra había sido escrita por dos manos diferentes, cada una responsable de una mitad.
A continuación, el equipo realizó un análisis visual mediante la creación de «mapas de calor». Estos mapas incorporaron todas las variantes de una letra determinada, como la letra hebrea aleph (א), que se encuentra en el pergamino. Luego, hicieron una versión promedio de la carta de las primeras 27 columnas y otra de las últimas 27 columnas. Después de eso, compararon estas letras promediadas y descubrieron que podían detectar fácilmente las diferencias entre las dos.
«Esto es muy emocionante, porque abre una nueva ventana al mundo antiguo que puede revelar conexiones mucho más intrincadas entre los escribas que produjeron los pergaminos», dijo el autor principal del estudio, Mladen Popovic.
Popović y sus colegas planean investigar otros pergaminos, que pueden revelar diferentes orígenes o entrenamiento para diferentes escribas. Asimismo, los análisis también pueden arrojar luz sobre las comunidades que escribieron los Rollos del Mar Muerto.
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El estudio fue publicado en la revista científica PLOS One.
Referencia: Live Science.