En los libros de fantasía es normal encontrarnos con árboles animados, capaces de moverse por sí solos. J. R. R. Tolkien o J. K. Rowling son ejemplos de autores que usaron este recurso en sus obras. Sin embargo ¿Qué pasa cuando la realidad supera la ficción? En las selvas del Amazonas, podemos encontrar unos misteriosos árboles «que caminan».
Es imposible dejar de sorprenderse por la perfección de la naturaleza. Especialmente cuando nos muestra obras tan maravillosas como las que se encuentran en las selvas centroamericanas y sudamericanas.
Escondidas en su espeso follaje, existen unas misteriosas palmeras con sus raíces expuestas a la vista de todos. Sin embargo, lo que más sorprende es que a través de éstas, se desplazan sobre la superficie, ganándose el apelativo de las «palmeras que caminan».
Socratea Exorrhiza ¿Mito o realidad?
Conocidos científicamente como Socratea Exorrhiza, destacan por sus gruesas y poderosas raíces aéreas, las cuales están expuestas sobre la tierra.
Son las raíces las encargadas de cambiar de lugar, en busca de encontrar una nueva zona donde puedan recibir mejor la luz del Sol o buscar un terreno más firme. Y esto lo hacen a lo largo de dos años.
Si pueden «caminar» realmente o no, sigue siendo un tema delicado dentro de la comunidad científica. A pesar de ser sumamente populares entre los habitantes de las regiones donde se encuentran, y de sus cientos de declaraciones sobre avistamientos de los árboles moviéndose.
El biólogo y director del Centro de estudios en desarrollo sostenible de Costa Rica, Gerardo Ávalos, está convencido que las supuestas caminatas de la Socratea Exorrhiza no es más que un mito.
Para él, esta historia nació por los guías de la zona, quienes la contaban para sorprender aún más a los turistas.
Sin embargo, el paleobiólogo del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Academia Eslovaca de Ciencias de Bratista, Peter Vrsansky, principal investigador de éstas misteriosas palmeras, aseguró ser testigo de éste extraño fenómeno.
Vrsansky declaró que, a medida que el suelo en el que se encuentran erosiona, el árbol hace crecer nuevas y largas raíces que buscan una otra superficie más sólida y con más iluminación. Este proceso hace que se muevan, en ocasiones, hasta 20 metros.
Caminar para sobrevivir
De esta forma, la palmera cambia de lugar mientras sus raíces se afirman nuevamente en el suelo. Después se inclinan hacia éstas, dejando atrás el lugar anterior, con las viejas raíces en el aire.
Así, podemos decir que la Socratea Exorrhiza se mueve de un lugar árido, con pocos nutrientes e iluminación, a uno nuevo donde puede conseguir todo lo que necesita para seguir viviendo.
El debate dentro de la comunidad científica alrededor de este misterioso árbol continúa tan vivo como en un principio. No existe un consenso de si ésta realmente es capaz de «caminar» o no.
Hasta el momento, lo único seguro es que la palmera es originaria de las selvas tropicales de América Central y América del Sur, puede medir hasta 25 metros de alto y sus dimensiones son de 16 centímetros en su tallo aproximadamente.
No cabe duda que la magia de la naturaleza es única y puede superar cualquier historia de ciencia ficción o fantasía escrita. Los árboles que caminan siguen maravillando a propios y extraños y se espera que en los próximos años, la comunidad científica pueda aceptar, de una vez por todas, la realidad expresada por miles de personas que conviven con ella día a día.
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