Las estructuras mayas y egipcias han impactado la imaginación moderna por el reflejo de sus culturas y creencias. Uno de los ejemplos más notables es el de una escultura entre dos dioses que poseen cabeza de perro: Xólotl y Anubis, deidades de Egipto y México.
Creencias y culturas misteriosas del pasado
De acuerdo a algunas cronologías convencionales, estas civilizaciones surgieron hace 7 mil años. Al parecer son el resultado del progreso de la Revolución Neolítica. Además, en ambas regiones existe la teoría de que los indígenas empezaron a controlar la alfarería, agricultura y ganadería.
Poco a poco fueron avanzando y desarrollaron obras maestras muy bien elaboradas y vívidas. Estos proyectos se relacionaban con la mampostería monumental y la iconografía. Como vemos, al descifrar sus opiniones y creencias, podemos aprender bastante acerca de su obsesión con el más allá.
Creencias sobre el dios perro antropomórfico
Las 2 culturas misteriosas poseían creencias parecidas respecto a lo que enfrentarían después de morir. Su punto de vista indicaba que afrontarían una odisea muy peligrosa llena de guardianes, monstruos y dioses.
Pero el aspecto más resaltante es que ambas asociaciones creyeron que su descenso estaría vinculado con un dios perro. Por si fuera poco, el canino que tenían en sus mentes estaba representado literalmente por una especie real.
Lo más sobresaliente es que en los dos casos, la imagen era idéntica. Hoy en día se sigue rastreando la genética de este animal para conseguir más información oportuna.
La cabeza de perro que representa el más allá
Anubis es el dios de Egipto que posee cuerpo de hombre y cabeza de perro. Se pensaba que esta deidad precedía el proceso inevitable de la muerte y se relacionaba con la momificación.
También existía la creencia de que su presencia estaba vinculada al inframundo, los cementerios y las tumbas en general. En el pasado, los habitantes de esta región especulaban que en el viaje al más allá, los humanos eran juzgados.
Y para ellos, quien se encargaba de esta responsabilidad era precisamente Anubis junto a Osiris, uno de sus parientes.
Anubis y Xólotl dioses perro del inframundo y los muertos
Investigando un poco más a fondo, nos encontramos con creencias profundas y muy arraigadas entre los egipcios. Por ejemplo, opinaban que durante el juicio final, Osiris y Anubis balancearían el corazón de la persona y la pluma de Maat.
Si resultaba que sus sentimientos estaban contaminados con acciones llenas de egoísmo o maldad, su alma se descartaría. Como consecuencia, los monstruos como el dios cocodrilo serían alimentados con ella.
En la antigua ciudad de Memphis, en el templo de Saqqara a Anubis; se ha descubierto una gran cantidad de animales momificados, incluidos lobos y chacales. Más del noventa por ciento de estos animales momificados eran perros, y estaban claramente domesticados y criados. Parecería entonces que esta especie doméstica desconocida, y no el lobo dorado africano, era la especie preferida para ofrecer a Anubis.
Por otro lado, también se ha encontrado restos óseos del perro mexicano sin pelo, también conocido como Xolo o xoloitzcuintle, en cementerios mayas y toltecas que se remontan a la antigüedad, diversos sacrificios rituales y entierros de animales. Esto se ha interpretado por los expertos como la posibilidad de que los antiguos difuntos tuvieran al canino como guía y compañero en el descenso al inframundo.
Degradados en la mitología
Es sobresaliente que la mitología de Anubis aparenta haber sido degradada cuando se eclipsó su culto por el de Osiris. Según las versiones menos recientes, esta deidad es descendiente del dios Ra. Sin embargo, cuando Osiris aumentó su popularidad, se otorgó su nacimiento a su padre Isis.
Por otro lado, Xólotl era el dios maya y azteca la muerte, fuego y los relámpagos que también fue representado con un cuerpo humano y una cabeza canina. Ayudaba a los muertos en su viaje al Mictlán, e igual que su contraparte egipcia, Xólotl también es eclipsado por su hermano gemelo Quetzalcoatl, muy similar a lo sucedido con Anubis y su pariente cercano Osiris.
Relación astronómica de Anubis y Xólotl
Los egipcios del pasado relacionaron con el dios Osiris a una de las constelaciones más bellas: la que hoy llamamos Orión. Si se realiza una comparación entre un hombre disparando un arco y este cúmulo de estrellas, obtenemos un resultado interesante.
Básicamente, la estrella Sirio es similar a un individuo que persigue a un ser celestial, parecido a un compañero pequeño. De hecho, los habitantes de Egipto crearon un vínculo entre esta estrella, Anubis y la diosa Isis.
Asimismo, Xólotl también tenía un significado astronómico, ya que estaba asociado con Venus cuando precedía a la salida de la luna.
Aspectos resaltantes descubiertos por la ciencia
El hecho de que se hayan relacionado a estos seres es fascinante. ¿Por qué? Porque hoy en día, gracias a la ciencia, sabemos que Sirio es un ejemplar binario. Sí, es una estrella más antigua junto a una más joven y pequeña que orbitan juntas.
Al pensar en la constelación de Orión que nombramos al principio, es fácil comprender mejor las comparaciones. Para los egipcios era un dios Rey seguido de una lumbrera menor, los cuales serian Anubis y su perro guardián: Isis. Por tanto, lo que resulta curioso es que la naturaleza de Sirio no se ve a simple vista.
Incluso, ni la ciencia moderna podía asegurarlo en los años 70, pero estos antepasados y sus vecinos parecían saberlo cabalmente. Hoy los científicos siguen estudiando la especie de lobo dorado africano, la cual se asemeja al animal sagrado conocido como Anubis.
Los perros nos han protegido durante incontables años, compartiendo nuestros hogares y afecto. Es curioso que sociedades totalmente remotas y desconectadas simbolicen un dios guía en forma de perro; dos perros físicamente casi idénticos, ambos representantes de dioses en grandes civilizaciones, que según narran los mitos antiguos, eran guías de las alma en el más allá.
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