La industrialización y el desarrollo tecnológico le han dado al mundo entero mucha estabilidad, comodidad y desarrollo económico. Pero también ha traído consigo una serie de problemas que van desde los ambientales hasta una posible amenaza a la reproducción humana.
En concreto nos referimos al riesgo que representa para la fertilidad femenina y masculina, el consumo de alimentos que estén llenos de ciertos productos químicos. Uno de esos productos –considerado muy peligroso para el aparato reproductivo- son los ftalatos también conocidos como ésteres de ácido ftálico.
Presencia de químicos afectan nuestras vidas
La sustancia química llamada ftalatos es utilizada en grandes cantidades por la industria del plástico, para hacer productos más flexibles o de mayor consistencia. Muchos alimentos son conservados en envases de plástico y luego son calentados en el mismo envase para su posterior consumo.
Es allí donde se presenta el mayor de los problemas relacionados con la reproducción humana. Porque los ftalatos son tóxicos y una vez que entran al organismo, pueden afectar en gran manera el sistema reproductivo. Causando infertilidad femenina y disminución en la cuenta de espermatozoides.
Estas sustancias también están presentes en diferentes objetos que usamos a diario, por ejemplo el champú, comida enlatada, pesticidas, cosméticos, muebles entre otros. De acuerdo con estudios científicos y datos recabados durante los últimos 20 años, estos químicos tienen incidencia directa sobre los problemas de infertilidad.
Vivimos en un entorno tóxico
Aparte de los ftalatos, hay otros químicos que rodean nuestro entorno y están dentro de los hogares, el agua e incluso en el ambiente. En realidad vivimos en un medio muy tóxico, especialmente en las ciudades grandes. Uno de esos componentes es el bisfenol A (BPA) muy usado en los plásticos duros.
Casi todos los productos plásticos duros o flexibles contienen químicos que perjudican la reproducción humana. Lo más preocupante es que, están presentes en nuestra cocina y de allí van directo al organismo. También los encontramos en el poliéster en la tela o el PVC que se utiliza para revestir los suelos o las paredes.
¿Qué se puede hacer? Una recomendación muy práctica sería sacar todo el plástico de la cocina y usar productos de metal, vidrio o cerámica. De esa manera se evita el riesgo de padecer problemas de infertilidad o cualquier otra enfermedad que esté relacionada con estas sustancias.
Químicos que afectan el sistema endocrino
Los estudios realizados sobre el efecto que causan estos químicos en el organismo, son muy preocupantes, puesto que actúan principalmente en el sistema endocrino. Afectando el funcionamiento de las hormonas, tanto la testosterona como la progesterona, por eso se les llaman alteradores de hormonas.
Los hallazgos de laboratorio dan cuenta de niños que, aun estando en el útero ya presentan una deficiencia de testosterona. Como resultado, cuando sea adulto difícilmente podrá engendrar un hijo. Esto se repite en el caso de las niñas que, al nacer también presentan anomalías en su aparato reproductivo.
Así es como tendremos hombres con deficiencia espermática y mujeres con problemas de ovulación o alteraciones menstruales. En casos como estos que se repiten regularmente alrededor del mundo no se puede hacer nada. Por eso la reproducción humana podría estar en serio riesgo.
Químicos eternos: ¿Qué son?
Se conocen como químicos eternos a los que no desaparecen con facilidad del cuerpo humano, son capaces de quedarse por años en el organismo. La dioxina, el DDT o los PCD son algunos de ellos. Llegan a nosotros por medio de vegetales o carne de animales que han sido expuestos a estas sustancias que causan un daño irreparable al sistema reproductor femenino y masculino.
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Cae la tasa de fertilidad en 50% los últimos 50 años
De acuerdo con datos aportados por el Banco Mundial, la tasa de fertilidad ha experimentado una disminución del 50% en los últimos 50 años. La investigación que lleva a cabo esta entidad, establece el promedio de hijos que una mujer puede tener por año y en cada país.
Según las estadísticas que manejan los investigadores del Banco Mundial, antes de 1960 cada mujer o pareja tenían en promedio 5 hijos. Pero desde esa fecha hasta nuestros días, la tasa de fertilidad tuvo un descenso de 2,4 hijos por mujer o pareja.
De igual manera, según plantea el libro Countdown («Cuenta atrás» en español) de la científica estadounidense especializada en fertilidad Shanna Swan, la mujer actual de 20 años es menos fértil de lo que era su abuela a los 35 años y un hombre actual tiene la mitad de los espermatozoides que tenía su abuelo a su misma edad. Una cifra verdaderamente alarmante que genera un llamado de atención.
Referencias: BBC.
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