Un equipo de arqueólogos descubrieron los vestigios de una compleja red de asentamientos urbanos, que hasta ahora habían permanecido ocultos bajo la frondosidad de la Amazonía boliviana.
Con una antigüedad de unos 1.500 años, estos asentamientos (con intrincados caminos, plataformas e incluso pirámides) son sorprendentemente complejos e insinúan la existencia de una antigua civilización próspera ‘perdida’.
El equipo de investigación dirigido por el Instituto Arqueológico Alemán analizó mediante el uso de escáneres LiDAR, la región de los Llanos de Mojos, en el noreste de Bolivia, donde se sabía que en su momento se asentó la cultura prehispánica Casarabe (alrededor de 500 a 1.400 d.C.).
Los hallazgos indican que el misterioso pueblo Casarabe era mucho más numeroso de lo que se pensaba anteriormente y que había desarrollado una civilización extensa que se adaptó con éxito a ese entorno único.
La investigación
Aunque el trabajo de los investigadores no ha sido fácil, han logrado eliminar digitalmente la vegetación del bosque y producir un modelo detallado del terreno subyacente.
Los equipos de detección remota a bordo de helicópteros o drones pueden enviar decenas de miles de pulsos láser en una multitud de direcciones, monitoreando cuidadosamente cuándo y cómo estos pulsos se reflejan de regreso al equipo.
Gracias al LiDAR (detección y rango de luz) aerotransportado, los miles de pulsos de láser revelaron estructuras arqueológicas debajo de una densa vegetación, descubriendo varios asentamientos desconocidos, dentro de una red de carreteras, calzadas, embalses y canales que se centraba en dos asentamientos Casarabe muy grandes, ahora llamados Cotoca y Landívar.
Con dicha tecnología se obtuvo un mapa en 3D del terreno que evidenció la presencia de los dos sitios, notablemente grandes, de 147 y 315 hectáreas dentro de un denso sistema de asentamiento de cuatro niveles, y se presentaron 11 asentamientos previamente desconocidos de la cultura Casarabe.
Pirámides y plataformas ocultas bajo la Amazonía
El nuevo descubrimiento dejó al descubierto la arquitectura cívico-ceremonial de estos grandes asentamientos. Esto incluye plataformas escalonadas, sobre las cuales se encuentran estructuras en forma de ‘U’, edificios ceremoniales, montículos de plataformas rectangulares y pirámides cónicas que alcanzan los 22 metros de altura.
Estos lugares están rodeados por muros y en los puntos donde se juntan los caminos de entrada hay pequeños montículos, que «serían como puestos de control, por lo que pensamos que deberían tener algún tipo de restricción de acceso», explicaron los arqueólogos.
Además, están rodeados por bancos poligonales concéntricos y presentan nexos centrales conectados a sitios de menor importancia por calzadas rectas y elevadas que se extienden a lo largo de varios kilómetros.
De igual manera, se pudo descubrir una enorme infraestructura de gestión del agua, compuesta por canales y embalses, que completa el sistema de asentamiento en un paisaje modificado antropogénicamente, destacan los investigadores.
Según dijeron los investigadores, la concentración de los asentamientos se diferencia de las culturas andinas. Asimismo, los hallazgos sugieren que la Amazonía occidental no estaba tan escasamente poblada como se pensaba anteriormente.
No es un ‘desierto verde’
Durante mucho tiempo, los arqueólogos sospecharon que el suelo amazónico no era apto para sustentar la agricultura a gran escala; y a su vez, era inadecuado para el desarrollo de cualquier civilización tropical.
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Pero a principios de la década del 2.000, eso comenzó a cambiar. Algunos investigadores encontraron cada vez más rastros arqueológicos, así como signos de plantas domesticadas en todo el Amazonas. Luego, cuando la teledetección se volvió una herramienta tecnológica más confiable, las antiguas teorías realmente comenzaron a cambiar.
Heiko Prümers, arqueólogo del Instituto Arqueológico Alemán, hizo una referencia al viejo proverbio que afirma que no hay peor ciego que el que no quiere ver. «Es un mito creado por los europeos que realmente hablaban de una selva y de vastas regiones no tocadas por los humanos. Así que mucha gente no quería ver que aquí habían yacimientos arqueológicos que merecían ser explorados».
«Estoy seguro de que en los próximos 10 o 20 años veremos muchas de estas ciudades, y algunas incluso más grandes que las que presentamos en nuestro trabajo», agregó Prümers.
Solo en los últimos cinco años, los investigadores han descubierto cientos de asentamientos y estructuras pertenecientes a varias culturas prehispánicas en la Amazonía, y descubrieron que estuvo poblada por muchos asentamientos.
Los hallazgos fueron publicados en la revista científica Nature.
Referencias: Universidad de Bonn / RT / Science Alert.
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