Un agujero coronal cercano al polo sur del Sol fue detectado recientemente por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA. Mide entre 300.000 y 400.000 kilómetros de ancho, lo que «equivale a entre 20 y 30 planetas como la Tierra alineados en fila».
Aunque agujeros como este son parte de la actividad normal del Sol, Scott McIntosh, físico solar y subdirector del Centro Nacional de Investigación Atmosférica indicó que los científicos todavía no los comprenden bien y llamó a estos eventos «el ‘lado oscuro’ de la actividad solar».
Los agujeros coronales aparecen como áreas oscuras en la corona solar (parte exterior de la atmósfera del Sol), puesto que al ser regiones frías y menos densas que el plasma circundante provocan que no brillen tanto como en otras zonas de la gran estrella.
Son regiones de campos magnéticos unipolares abiertos que permiten que el viento solar escape fácilmente hacia el espacio y dé, como resultado, flujos de viento solar rápidos denominados como ‘corrientes de alta velocidad’. La fuente de estos rápidos vientos solares, alcanza velocidades de entre 500 y 800 kilómetros por segundo, que pueden llegar hasta la Tierra.
Los campos magnéticos más potentes, como los de una eyección de masa coronal, podrían causar apagones eléctricos o interrumpir la tecnología de comunicación. Pero los agujeros coronales, incluso los grandes como este, son mucho menos violentos. Entonces, el efecto principal esperado es una aurora boreal más «vibrante», que pueden llegar a ser observadas a latitudes más bajas de lo habitual, según afirmó el Centro de Predicción del Clima Espacial.
Tormenta solar severa provocada por raras condiciones
Es así que el pasado fin de semana, la tormenta geomagnética desencadenada por el agujero solar llegó a registrar clase G3. Posteriormente, aumentó a clase G4, considerada como severa.
Según informó el portal The Post, la última vez que ocurrió una tormenta geomagnética de nivel cuatro fue en 2017.
Bill Murtaugh, coordinador del programa del Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA, indicó que los meteorólogos no esperaban una tormenta de esa severidad y que las condiciones que la provocaron son muy raras.
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El suceso, ha provocado que se hayan podido ver auroras boreales en algunos lugares de Escocia, Canadá, Alaska, Rusia, Noruega y Groenlandia.
Estas fueron registradas por varios usuarios en las redes sociales:
El fenómeno podría llegar a ser una preocupación, ya que se sabe que los poderosos campos magnéticos de las eyecciones de masa coronal y las erupciones solares provocan alarmas de alto voltaje en los sistemas de energía. De igual manera generan interferencia con los satélites.
Referencias: El Confidencial / NOOA.
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