El Volcán de Fuego aún no muestra señales de enfriamiento

A principios de junio el Volcán de Fuego de Guatemala hizo erupción, y sus flujos piroclásticos mataron al menos a 109 personas. Sin embargo, la historia no ha terminado para los que aún viven allí.  Mientras los vulcanólogos de la zona usan drones para tener una mejor idea de los violentos cambios que se han producido, el satélite Landsat-8 de la NASA está observando la devastación desde lo alto.

Según lo informado por el escritor de ciencia para el Observatorio de la Tierra, Adam Voiland, estas imágenes revelan claramente que de alguna manera, tres semanas después de que se produjo la erupción, aún se puede detectar el brillo térmico incandescente de los depósitos de flujo piroclástico desde el espacio.

¿Cómo es esto posible?

Los flujos piroclásticos son tipos de corrientes turbulentas de material volcaniclástico fresco que se producen por la actividad volcánica explosiva. Estos flujos son los más comunes (mezclas de ceniza caliente, gas, restos arrastrados y manchas de lava) y se pueden formar de varias maneras.

En el Volcán de Fuego, parece que muchos de estos flujos fueron generados como resultado de partes de la columna sostenida de ceniza, que al salir disparada hacia arriba desde el respiradero, perdieron impulso y cayeron de nuevo a la tierra. Esto podría deberse a la falta de un empuje explosivo en la ventilación o al enfriamiento suficiente, y la consiguiente falta de flotabilidad, en la columna de cenizas.

Créditos: Lauren Dauphin/EO/NASA/USGS

Además, no hay que olvidar que estos flujos siguen siendo asombrosamente calientes, con temperaturas internas que oscilan entre 200-700°C (390-1,300°F), moviéndose a 80 kilómetros (50 millas) por hora, aproximadamente. Todo lo que tocaron fue volado; la gente se quemó al instante y sufrió un choque térmico extremo o asfixia.

Eventualmente, cuando estos flujos pierden impulso, sus partículas comienzan a asentarse.

La Dra. Janine Krippner, vulcanóloga de la Universidad de Concord, le dijo al portal IFL Science que las rocas son malos conductores, particularmente grandes masas de ellos. «La superficie puede estar enfriando, pero las rocas subyacentes pueden permanecer calientes durante mucho tiempo».

Eso es lo que se puede ver en estas imágenes Landsat-8, tomadas el 24 de junio: el brillo de los depósitos de flujo piroclásticos indican que todavía están entre 4 y 6° C (7.2 a 10.8°F) más calientes que el paisaje circundante.

Las corrientes grises de la imágen son los depósitos de flujo piroclástico y de lahar. Créditos: Lauren Dauphin/NASA/USGS/EO

En las imágenes también pueden verse arroyos grises que se alejan del Volcán de Fuego. Varios de estos son depósitos de lahares, (flujos de lodo de movimiento rápido), similares al concreto, creados por la saturación, es decir, por la lluvia, de los depósitos de flujo piroclástico.

Los lahares a veces pueden ser más peligrosos que los propios flujos, especialmente porque las personas bajan la guardia después de que la erupción ha concluido. Los flujos piroclásticos pueden haber matado a 45,000 personas solo en el siglo XX, pero en 1985, en Columbia, un lahar mató a 23,000 personas en una sola noche.

 

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