Científicos de la Organización de Investigación Científica e Industrial de Australia (CSIRO, por sus siglas en inglés) lograron rastrear por primera vez una ráfaga de radio rápida (FRB) que hasta ahora había sido casi imposible seguir.
Para saber cómo se forman estas señales, necesitábamos saber de dónde vienen. Según informó Science Alert, la señal FRB 180924 fue descubierto por el radiotelescopio australiano Square Kilometer Array Pathfinder (ASKAP). El observatorio está formado por 36 antenas a distancias ligeramente diferentes, por lo que la señal, que duró solo una fracción de milisegundo, alcanzó cada una en momentos ligeramente diferentes (menos de una mil millonésima de segundo). Este pequeño retraso de tiempo permitió a los investigadores identificar dónde se originó la explosión.
«Este es el gran avance que ha estado esperando el campo desde que los astrónomos descubrieron explosiones de radio rápidas en 2007», dijo en un comunicado el autor principal de CSIRO, el Dr. Keith Bannister.
De donde proviene esta señal
La fuente de la señal provenía de una gran galaxia espiral con el nombre de DES J214425.25-405400.81. La galaxia está ubicada a 3.600 millones millones de años luz de la Tierra, y la explosión fue aproximadamente 13.000 años luz desde el núcleo de esa galaxia.
La galaxia se observó con el Telescopio del Observatorio Europeo Austral en Chile y la distancia se midió con el telescopio Keck de 10 m en Hawai’i y el telescopio Gemini Sur de 8 m en Chile.
El repetidor, como algunos llaman FRB 121102, se cree que es causado por una estrella de neutrones que se mueve a través de un poderoso campo magnético. Está en una pequeña galaxia formando muchas estrellas. Eso es muy diferente del anfitrión de FRB 180924.
Teorías sobre su origen
Estas ondas fueron detectadas por primera vez en 2007, pero algunos astrónomos eran escépticos acerca de su origen cósmico y sospechaban que se podía tratar de una señal terrestre.
Posteriormente, estas ráfagas empezaron a ser detectadas por varios radiotelescopios y se especuló que se podían haber producido por cataclismos cósmicos, evaporación de estrellas, e incluso por vida extraterrestre inteligente. Sin embargo, al no ser tan frecuentes era difícil estudiarlas detenidamente.
Actualmente se cree que las FRB podrían ser producidas por explosiones de estrellas de neutrones extremadamente magnéticas y jóvenes conocidas como magnetares.
«El estallido que localizamos y su galaxia anfitriona no se parecen en nada al ‘repetidor’ y su anfitrión», agregó el coautor Dr. Adam Deller, de la Universidad de Tecnología de Swinburne. «Viene de una galaxia masiva que está formando relativamente pocas estrellas».
«Esto sugiere que las ráfagas de radio rápidas se pueden producir en una variedad de entornos, o que las ráfagas aparentemente aisladas detectadas hasta ahora por ASKAP son generadas por un mecanismo diferente al reloj de repetición».
Según el estudio, lo misterioso de las FRB radica en lo poco que se conoce sobre lo que produce estas ráfagas, que duran tan solo fracciones de segundo, pero generan un destello tan poderoso en longitudes de onda de radio equivalente a 500 millones de soles.
El estudio ha sido publicado en la revista en Science.