El mes pasado, fue descubierto por primera vez el origen de una ráfaga de radio rápida no repetitiva, FRB 180924. Esta semana, los científicos han anunciado la detección de una segunda FRB proveniente de una galaxia ubicada a 7.900 millones de años luz de la Tierra.
Las ráfagas de radio rápidas «fast radio bursts» (FRB, por sus siglas en inglés), son increíbles emisiones de energía que duran una fracción de segundo y son detectadas con los radiotelescopios. También son un misterio permanente, ya que todavía no conocemos su causa exacta.
Menos de 100 de estas ráfagas han sido registradas, y en su mayor parte, parecen ocurrir solo una vez y nunca más. Sin embargo, se han observado dos repeticiones: FRB 121102 (anunciada en 2014) y FRB 180814 (anunciada en enero de 2019).
Una nueva señal detectada
Investigadores del Observatorio de Radio Owens Valley, adscrito al Instituto de Tecnología de California, (Caltech), en EE.UU detectaron la señal FRB 190523 el 23 de mayo, y al usar el Observatorio WM Keck en Hawai, lograron determinar su distante origen.
La señal rápida de radio FRB 180924 también se ubicó en una galaxia promedio. Esto está en marcado contraste con la ubicación de FRB 121102, que se origina en una galaxia enana que está formando estrellas más de cien veces más rápido que la Vía Láctea.
Sospechamos que las ráfagas de repetición provienen de un magnetar, una estrella de neutrones altamente magnética, en una galaxia enana muy activa.
«La teoría de que los FRB provienen de los magnetares se desarrolló en parte porque el anterior FRB 121102 provenía de un entorno activo de formación de estrellas, donde los jóvenes magnetares pueden formarse en las supernovas de estrellas masivas. Pero la galaxia huésped de FRB 190523 es en comparación, más suave».
Los hallazgos recientes sugieren que los FRB se pueden producir en una variedad de entornos.
«Este hallazgo nos dice que cada galaxia, incluso una galaxia corriente como la Vía Láctea, puede generar un FRB», dijo el autor principal, el profesor Vikram Ravi, de Caltech, en un comunicado.
Teorías sobre el origen de la nueva señal, FRB 190523
Para finalmente entender cómo ocurren estos eventos dramáticos y peculiares, es crucial descubrir de dónde vienen. Esto les da a los astrónomos la oportunidad de encontrar posibles pistas de cuál es su fuente, apuntando todos nuestros telescopios a estas galaxias y captando los efectos secundarios de la explosión de la radio.
Las misteriosas señales fueron detectadas por primera vez en 2007, pero algunos astrónomos fueron escépticos acerca de su origen cósmico y sospecharon que se podía tratar de una señal terrestre.
Posteriormente, estas ráfagas empezaron a ser detectadas por diversos radiotelescopios y se especuló que se podían haber producido por cataclismos cósmicos, como la evaporación de estrellas, o incluso haber sido emitidas por vida extraterrestre inteligente. Sin embargo, al no ser tan frecuentes resultó difícil estudiarlas detenidamente.
Los astrónomos estiman que 10,000 FRB podrían detectarse desde la Tierra en un solo día. Si bien no es posible monitorear constantemente todo el cielo todo el tiempo, se espera que los próximos proyectos de radio como el Square Kilometer Array y el Deep Synoptic Array hagan cientos de nuevas detecciones y localizaciones de FRB cada año.
Identificar las galaxias de las que provienen estos estallidos de radio es un paso esencial para resolver el misterio acerca de lo que los desencadena.
El estudio fue publicado en la revista Nature.