El proyecto HAARP está dedicado oficialmente al estudio de la ionósfera. Está envuelto en secretismo y su capacidad electromagnética genera intriga y temor.
El HAARP contiene 180 antenas transmisoras de ondas de radio, alcanzando millones de vatios de energía. Es parte de una infame teoría de la conspiración, debido a investigaciones que apuntan a su gran poder electromagnético sobre la atmósfera y una presunta capacidad para manipular el clima.
Sus siglas significan: Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia. Fue operado en conjunto por el ejército de EE. UU. y la Universidad de Alaska. A partir de 2015, está siendo manejado solamente por esta universidad. Todas sus antenas conforman un transmisor de alta potencia. Oficialmente, es utilizado para estudiar la ionósfera, una capa de nuestra atmósfera que se encuentra cargada eléctricamente.
Orígenes del HAARP
La creación de este proyecto se vincula al científico Dr. Bernard Eastlund, aunque hay mucho secretismo en esto. Hay una sospechosa patente de 1985, acreditada a él, y se titula: «Método y aparato para alterar una región en la atmósfera, ionosfera y / o magnetosfera de la Tierra». La patente menciona que ¡Alaska sería el lugar ideal para construir tal aparato!.
HAARP se comenzó a construir en 1993 y, con el pasar de los años, se le fue agregando equipamiento, hasta llegar al impresionante conjunto de 180 antenas transmisoras. Su poderío ahora llega hasta ¡3.6 millones de vatios!.
¿Manipulación del clima? ¿Desastres manufacturados?
Según la Universidad de Alaska, la masiva antena no puede manipular el clima, ya que sus ondas de radio no afectarían ni a la troposfera ni estratosfera (donde se genera el clima). Sin embargo, la patente del Dr. Bernard Eastlund dice:
La modificación del clima es posible, por ejemplo, alterando los patrones de viento de la atmósfera superior o alterando los patrones de absorción solar mediante la construcción de una o más columnas de partículas atmosféricas que actuarán como una lente o dispositivo de enfoque».
La teoría de la conspiración dice que los rayos electromagnéticos pueden generar terremotos, tsunamis, tormentas y huracanes. Esto lo provocaría la generación de frecuencias extremadamente bajas (ELF, por sus siglas en inglés), que hasta afectarían las placas tectónicas. La página web del HAARP sí reconoce que el conjunto de antenas transmite energía dirigida con el fin de: «estimular temporalmente un área limitada de la ionósfera». En adición, investigadores como el Dr. Michel Chossudovsky sí han advertido que el proyecto podría ¡crear terremotos y tsunamis!
Entre los desastres relacionados al HAARP están:
- El terremoto de Haití de 2010;
- El terremoto y tsunami de Japón de 2011;
- La Temporada de huracanes en el Atlántico de 2017 (fue especialmente hiperactiva y mortal).
- Interferencias en las migraciones de las aves.
- Sequías devastadoras.
- Problemas en las comunicaciones globales.
Durante varios de estos desastres se reportaron luces extrañas y ominosas formaciones de nubes (atribuidas al movimiento electromagnético de los rayos de energía). Hay que destacar que, la energía dirigida, como los láseres, sí son capaces de manipular el clima. Y esto es una revelación científica.
¿Pero cuáles serían las aplicaciones «oficiales» del HAARP?
Oficiales o «verdaderas», su finalidad sería, principalmente, estudiar la ionósfera de la Tierra, que siempre está ionizada o cargada eléctricamente. Debido a esa cualidad eléctrica, esta capa atmosférica es capaz de afectar las telecomunicaciones inalámbricas, ya sean civiles o militares.
Este proyecto polémico es un caso complejo, pero la manipulación del clima sí es algo que se ha discutido en proyectos científicos. Como vimos, el HAARP tiene su secretismo, y por supuesto, los oficiales no van a publicar sobre ningún uso siniestro sobre el clima. La Unión Europea incluso solicitó mayor investigación sobre esto, para que informen más sobre los riesgos para el medio ambiente y la salud humana.
Referencias: GlobalResearch / Universidad de Alaska: gi.alaska.edu.
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