Desde hace casi cinco años, diversos investigadores han buscado infructuosamente sin éxito el «Planeta Nueve o Planeta X», pero ahora, este misterioso cuerpo celeste, es parte de una nueva teoría que parece explicar por qué no lo hemos podido ver, argumentando, que es en realidad un pequeño agujero negro.
La investigación, realizada por los científicos Jakub Scholtz y James Unwin, con la colaboración de varias universidades de EE. UU. y Reino Unido, se centra en que el hipotético objeto conocido como Planeta Nueve, que está ubicado más allá de Neptuno en los confines de nuestro vecindario cósmico, en realidad podría ser un pequeño agujero negro primordial, una región que no emite luz, un tipo de agujero negro diferente a los que se han detectado antes…
Los científicos dicen que un agujero negro podría haber estado volando cuando quedó atrapado en una órbita de nuestro sistema solar. Para el registro, los agujeros negros primordiales son objetos teóricos que podrían haberse creado poco después del Big Bang. Y este sería pequeño, con una masa de aproximadamente 5 a 15 veces la de la Tierra y un tamaño entre una billetera y una bola de boliche.
En búsqueda de pruebas
Para probar su teoría, los científicos planean acudir a los datos del telescopio espacial de rayos gamma Fermi, diseñado para estudiar las fuentes de rayos gamma en el Universo. Los signos de destellos de rayos gamma, servirían por que se crean debido a las interacciones entre las partículas de materia oscura en el halo que rodea a un agujero negro.
Además, los investigadores aseveran que teniendo en cuenta la masa calculada del Planeta X —que sería diez veces superior a la Tierra— un agujero negro correspondiente sería tan denso que podría ser del tamaño de una bola de bolos.
¿Qué es el Planeta X?
En enero del 2016, los científicos Mike Brown y Konstantín Batygin, del Instituto de Tecnología de California en Pasadena (EE.UU.), anunciaron haber hallado una prueba de la posible existencia del Planeta X. Este supuesto planeta del sistema solar pesaría diez veces más que la Tierra y completaría una órbita larga de un período de 15.000 años. Se supone que sus propiedades físicas y químicas son semejantes a las de los gigantes de hielo Urano y Neptuno, y además, podría ser responsable de una inclinación inusual del Sol.
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Aunque la investigación aún no ha sido revisado por otros especialistas, hace parte de una teoría interesante y se encuentra disponible en el sitio de pre impresión arXiv.
