El Centro de Predicción del Clima Espacial de los Estados Unidos (SWPC, por sus siglas en inglés) emitió una alerta de tormenta geomagnética para el 27 de febrero y el 28 de febrero.
El pronóstico de la tormenta solar se produce después de que fuera detectado agujero coronal gigante. La corona del Sol es una capa externa de gas energizado conocida como plasma, que se extiende millones de millas hacia el espacio. La corona atrapa partículas cargadas que escapan del Sol, pero ocasionalmente se liberan a través de «lágrimas» o manchas conocidas como agujeros coronales.
Los agujeros coronales son áreas de la corona solar más frías, más oscuras y menos densas, en la cual el campo magnético se encuentra abierto, produciendo el denominado viento solar (un flujo de partículas a alta velocidad en todas direcciones).
Según el SWPC: «Un tormenta geomagnética G1 está vigente para el 27 de febrero y el 28 de febrero debido a los efectos anticipados asociados con una corriente de alta velocidad del agujero coronal».
Se predice que incluso puede continuar hasta el viernes 1 de marzo, antes de que se debilite.
Consecuencias
En su mayor parte, el campo magnético de la Tierra protege a los humanos del aluvión de radiación, pero las tormentas solares se asocian típicamente con una amplia gama de efectos devastadores desde apagones de comunicaciones de radio hasta fluctuaciones en la red eléctrica, deteriorar la operación de satélites, interrumpir los teléfonos móviles y otras formas de comunicación, e incluso, pueden afectar a los animales migratorios.
Otro efecto secundario de las tormentas geomagnéticas es la presencia de auroras boreales alrededor del polo Norte y Sur, que cautivan corrientes de partículas de gas coloridas en la atmósfera.
Los expertos esperan que los efectos de la aurora septentrional se extiendan hacia abajo en todo Canadá y solo rozan los estados más septentrionales de los Estados Unidos.
También puede interesarte: El Sol está cambiando de forma y los científicos aún no saben por qué.
Los expertos advierten de que a raíz de este fenómeno —producto de las erupciones del Sol que llegan a nuestro planeta en forma de viento solar— algunas personas podrían experimentar insomnio, fuertes jaquecas y cambios en el funcionamiento del sistema cardiovascular. Asimismo, se podrían registrar interferencias en la comunicación satelital y los sistemas de navegación.
