Neurocientíficos de la Universidad Ludwig Maximilians en Múnich, trabajan en una forma de crear tejidos biológicos transparentes a través de un proceso conocido como submuestreo diferencial con pedidos cartesianos (DISCO).
Como se explica en varios de sus estudios, en la revista Nature Protocols en 2012 y Protocol Exchange en 2016, la técnica utiliza disolventes orgánicos para «limpiar» el tejido y hacerlos transparentes. Hasta ahora, los investigadores han utilizado el método en varios tejidos diferentes, desde ratones enteros hasta cerebros humanos.
Al hacerlos transparentes, los investigadores pueden estudiar la anatomía intrincada y la estructura detallada de los tejidos desde un punto de vista sin precedentes. Por ejemplo, los científicos pueden realizar un escaneo láser de todo el órgano transparente sin tener que cortarlo y luego usar la imagen para obtener nuevos conocimientos sobre su estructura vascular interna.
Cómo funciona
El órgano es escaneado por láseres en un microscopio que permite que los investigadores capturen la estructura completa, incluidos los vasos sanguíneos y cada célula en su ubicación específica.
Usando ese mapa, los investigadores imprimen el «andamiaje» del órgano. Luego cargan la impresora 3D con células madre que actúan como «tinta» y son inyectadas en la posición correcta para hacer funcional al órgano.
Si bien la impresión 3D ya se utiliza ampliamente para producir piezas para la industria, Erturk dijo que la técnica representa un avance en el campo médico.
Esta técnica en particular fue desarrollada por el Dr. Ali Erturk, un artista y neurocientífico de la Universidad Ludwig Maximilians. El Dr. Erturk dice que la técnica DISCO podría allanar el camino para la bioimpresión 3D de órganos completos utilizando células y materiales biológicos. Como informa Reuters, Erturk y su equipo esperan incluso crear un páncreas impreso en 3D dentro de los próximos 3 años y un riñón dentro de 5 a 6 años.
«Podemos ver dónde se encuentra cada célula en los órganos humanos transparentes. Y luego podemos replicar exactamente lo mismo, usando la tecnología de bioimpresión 3D para hacer un órgano funcional real», dijo Erturk a Reuters.
«Por lo tanto, creo que estamos mucho más cerca de un órgano humano real por primera vez».
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A principios de este mes, otro equipo de científicos en Israel logró un avance increíble al imprimir en 3D un corazón usando las propias células de un paciente. Aunque el órgano es pequeño, aproximadamente del tamaño del corazón de un conejo, es una demostración asombrosa de cómo esta nueva y emocionante tecnología ofrece una gran cantidad de promesas.