Han pasado siglos de investigación del enorme misterio que envuelve las ciudades mayas. Desde su desaparición enigmática hasta su sorprendente alineación con las estrellas. Ahora, científicos parecen haber descubierto la razón de esta increíble formación.
Los expertos explicaron que mucha de la evidencia maya quedó escondida en la selva, en parte por la presión de los colonizadores en el siglo XV. Sin embargo, gracias a nuevas investigaciones, se podrá determinar la importante vinculación con esta civilización y los movimientos astronómicos a través de la bóveda celeste.
Los mayas y las estrellas
Joshua Sokol, historiador, publicó un artículo en la revista Science, donde relató el motivo por el cual las construcciones de los mayas están perfectamente alineadas con las estrellas.
La investigación sugiere que gran parte de la vida cotidiana de esta civilización estaba íntimamente entrelazada con el movimiento de los astros por la bóveda celeste. Antiguamente, seguían un calendario de 260 días, el cual estaba regido por la trayectoria de Venus.
Sokol explicó que dicho calendario era el motor que giraba dentro de lo que, en su momento, fue una máquina mucho más grande de conocimiento para los mayas: un inmenso cuerpo de ciencia indígena escrita y cuantitativa que dividía el mundo natural y la existencia humana en ciclos de días, todo enlazado en forma de engranajes.
Este orden de la vida y su trascendencia, sugieren una muy cercana conexión con el entorno natural en el que floreció la cultura hace unos 2.000 años.
De la misma forma en la que Venus era una referencia para el paso del tiempo, los mayas también se alineaban con los movimientos del Sol, la Luna y los planetas.
También añadió que, alrededor de ese tiempo, los primeros mayas también inventaron un calendario solar de un año de duración que fue útil para tareas estacionales, como la plantación del maíz.
Hace 2.000 años, comenzaron a rastrear un tercer calendario llamado «Cuenta Larga». Este registro acumulado y continuo de días transcurridos desde la supuesta fecha cero del calendario, en el 3114 a. C. Esto permitió a los escribas mayas escanear a través de siglos de eventos históricos en el suelo y en el cielo.
Tecnología avanzada antigua y actual
Todo esto fue posible gracias al análisis láser de las ciudades enterradas en la selva. Los expertos están conscientes que los mayas registraban los movimientos de los astros con «sofisticados algoritmos».
Por esa razón, muchos de los edificios ceremoniales están perfectamente alineados con amaneceres específicos, los equinoccios y otros eventos astronómicos. Especialmente durante el periodo clásico, hace 2.800 años. El contexto celeste también sirvió de espejo de las ciudades más poderosas del sureste mexicano, así como de toda Guatemala.
El ejemplo más precioso de esto es Chichen Itzá, el sitio arqueológico más importante de Yucatán, cuya orientación y fachada están diseñadas para seguir el camino del Sol de los solsticios de primavera y otoño.
Esta alineación cósmica también se ve en las estructuras sociales; «los mayas consideraban a sus líderes políticos como representantes del orden universal», explicó David Stuart, epigrafista de la Universidad de Texas.
Las construcciones de los mayas estuvieron motivadas en su engranaje con un sistema más grande, que ellos mismos buscaban entender.
Sin duda, la civilización maya fue una de las más importantes de todo el planeta y sus sofisticados conocimientos quedaron reflejados hasta en la construcción de sus edificios.
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