Un equipo de científicos ha captado una misteriosa, enérgica y profunda señal de radio proveniente de las profundidades del espacio.
La señal fue detectada por investigadores en el Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment -o CHIME por sus siglas en inglés-, un poderoso radiotelescopio; y fue la primera que se escuchó entre la frecuencia de 400 y 800 MHz, por lo que es mucho más profunda y más baja que muchas de las escuchadas anteriormente. Aún no está claro de dónde vino la señal, o cómo llegó a la Tierra.
Los científicos han recogido más de 30 ráfagas de radio rápidas, «fast radio bursts» o FRB, en los últimos diez años. Las FRB son uno de los fenómenos más misteriosos del universo, y podrían ser una pista de alguna actividad extrema que ocurre a miles de millones de años luz de distancia.
Las FRB son señales increíblemente potentes, que generan tanta energía como 500 millones de soles, pero también son extremadamente cortas, mueren intrigantemente rápido y duran solo milisegundos. Las FRB han sido detectadas por telescopios de todo el mundo.
La mayoría de ellas también han sido captadas después del hecho. La ráfaga detectada recientemente, que recibió el nombre FRB 180725A, es rara porque se ha detectado en tiempo real.
Es difícil saber cuándo ocurrirán, ya que parece haber un pequeño patrón para ellas. Los científicos encontraron la primera fuente repetitiva de FRB recientemente, lo que les permite estar atentos a las señales.
Los investigadores han estado buscando durante mucho tiempo la fuente de las explosiones; y han sugerido que están surgiendo de algún tipo de entorno «extremo», pero nadie ha demostrado definitivamente de dónde se les envía.
Eso ha llevado a la especulación de que podrían estar emergiendo de una gran estrella no descubierta, aviones que salen de un agujero negro, o incluso una fuente artificial como la vida extraterrestre.
Los investigadores revelaron el año pasado que parecían haber rastreado los estallidos hasta una débil galaxia enana a más de tres mil millones de años luz de distancia. Antes de eso, habían pensado que las ráfagas podrían provenir de nuestra propia galaxia, pero parecen estar llegando desde las profundidades del universo, sugirió la investigación.