Investigadores de la Universidad de Arizona (EE.UU) proponen un proyecto trascendental para preservar todas las especies de la Tierra en caso de algún tipo de catástrofe global.
La ambiciosa idea de convertir nuestro satélite natural en un «Arca de Noé» fue entregada por Jekan Thanga, jefe del Laboratorio de Exploración Robótica Espacial y Terrestre (SpaceTREx) de la Universidad de Arizona, durante la Conferencia Aeroespacial anual del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), donde él y su equipo ofrecieron su ‘plan bíblico’ para salvaguardar no solo a la humanidad, sino también a los animales, plantas, y hongos para la posteridad.
«Tenemos la responsabilidad de ser guardianes de la biodiversidad y los medios para preservarla», dijo Thanga.
El proyecto busca construir bajo la superficie de la Luna un depósito que contendría células reproductivas de 6,7 millones de especies de la Tierra, incluyendo espermatozoides y óvulos humanos.
Amenazas para la Tierra
Thanga aseguró que la inestabilidad de nuestro planeta deja en situación de vulnerabilidad a sus especies y obliga al establecimiento de una bóveda de semillas en el satélite terrestre lo más pronto posible.
Junto a su equipo de ingenieros mecánicos, explicó que los desastres naturales, las sequías, los riesgos de asteroides y el potencial inicio de una guerra nuclear, entre otros peligros, convierten la idea en una «póliza de seguro global moderna», ya que podría proteger los materiales genéticos en caso de una «aniquilación total de la Tierra».
Cómo funcionaría este ‘Arca lunar’
El ‘arca’ preservaría las especies criogénicamente y escondidas dentro de una serie de túneles y cuevas debajo de la superficie de la Luna, «hasta que la tecnología avance para luego reintroducirlas» en caso de ser necesario. Se trata de un proyecto necesario, principalmente por el grave peligro de extinción en que se encuentran muchas plantas y animales actualmente. Ya «ha habido pérdidas rápidas en las últimas décadas», resalta Thanga.
Acceder a la bóveda subterránea
En 2013 fue descubierta una red de cerca de 200 tubos de lava que se encontraban debajo de la superficie de la Luna. Estos tubos se habían formado cuando corrientes de lava se fundieron a través de la roca blanda y formaron túneles subterráneos hace miles de millones de años.
Los científicos creen que los tubos, que tienen un diámetro de 100 metros, podrían ser el refugio perfecto para el valioso cargamento. Lo protegerían de la radiación solar, los cambios en la temperatura de la superficie y los micrometeoritos.
Al arca lunar subterránea, alimentada por paneles solares, se accedería por huecos de ascensor que llevarían a una instalación que almacenaría los módulos de preservación criogénica.
En cuanto al trasporte de las muestras hasta la Luna, Jakan estima que para lograr el objetivo y abastecer por completo el depósito se necesitarían 250 vuelos espaciales. A modo de comparación, la construcción de la Estación Espacial Internacional requirió en su momento 40 lanzamientos.
Recordemos que la creación de copias de seguridad genéticas para preservar la biodiversidad no es un concepto nuevo. La Bóveda Global de Semillas de Svalbard, ubicada dentro del Círculo Polar Ártico en Noruega, tiene como objetivo conservar la biodiversidad agrícola del planeta. Llamada «La Bóveda del Fin del mundo», contiene las muestras genéticas de especies de plantas de todo el mundo y ya se ha utilizado para reintroducir ciertas plantas en la naturaleza.
También puede interesarte: Tribu de nativos protegerá sus semillas en la Bóveda del fin del mundo.