A medida que siguen el sendero sobre el río Kali Gandaki, en la región nepalesa de Mustang, los exploradores pueden divisar en lo alto varias hileras de cuevas artificiales. Para muchos, es uno de los mayores misterios arqueológicos a los que se enfrenta la humanidad. Escondidas en el Himalaya nepalí, miles de cuevas esperan pacientemente que alguien se atreva a explorarlas.
Las cuevas de Mustang
Las cuevas de Mustang son un conjunto de más de 10.000 cuevas artificiales que fueron encontradas en la década de los 90 en la región de Mustang, Nepal. Esta increíble cantidad de grutas tienen más de 2.000 años de existencia. Con toda probabilidad, en su interior se esconden incontables misterios y tesoros para la arqueología moderna.
Ahora bien, ¿Quiénes construyeron están cavernas y con qué propósito? Desde que fueron descubiertas, decenas de grupos de exploradores han emprendido el peligroso recorrido hasta el lugar, con la intención de responder a estas y otras preguntas. Pero el trayecto no es fácil de recorrer, por lo que muchos han sufrido caídas y fracturas de piernas y espalda.
La gran cantidad de cuevas y lo inaccesible del lugar donde se encuentran hacen pensar en los esfuerzos que hicieron sus edificadores. Se encuentran a más de 150 metros sobre el suelo, y la geografía del lugar es intimidante. De hecho, quienes han visitado el lugar aseguran que da la impresión de que todo se está desmoronando.
Cómo o quien las elaboró exactamente, sigue siendo un secreto; pues se considera casi imposible que los antepasados pudieran escalar tan alto como para abrir dichas grutas en la ladera, cuya superficie es muy vertical.
Un castillo de arena gigante
Las cuevas de Mustang están ubicadas en una de las formaciones rocosas más inestables y peligrosas del mundo. La topografía del lugar dificulta mucho el ascenso de los exploradores, puesto que el relieve se desprende con mucha facilidad. Algunos han afirmado que todo el lugar parece un enorme castillo de arena a punto de desmoronarse.
Explorando un poco dentro de las cuevas
Se ha comprobado que muchas de las cuevas han permanecido vacías por un largo tiempo. Otras, en cambio, tienen evidencia de que fueron usadas para fines domésticos, puesto que se han encontrado espacios para dormir y contenedores de alimentos. Así que varias de las cavernas sirvieron como hogar temporal o permanente.
Unas cuantas cuevas han sido un poco más intrigantes para sus exploradores. Por ejemplo, en algunas de ellas se han hallado elaborados murales budistas, así como también manuscritos caligrafiados con gran esmero. Se cree que muchas de estas grutas fueron utilizadas como refugio por personas de distintas épocas.
Asimismo, al interior de las cuevas se han encontrado restos humanos momificados, que estaban envueltos en vendajes y colocados en ataúdes de madera con pulseras de cobre, cuentas de vidrio y collares de conchas. Al igual que una máscara funeraria de oro y plata de unos 1.500 años de antigüedad que cubría el rostro de un hombre adulto. Siglos atrás era común en esta región colocar máscaras a los muertos de alto rango.
De igual manera, se han hallado dagas de hierro de entre 20 y 28 centímetros de longitud con empuñaduras curvas de madera, que probablemente se utilizaban como armas de defensa personal.
Cuevas de más de 2.000 años de antigüedad
Dentro de estas cuevas de más de 2.000 años de antigüedad se esconden incontables tesoros y secretos para los exploradores y arqueólogos modernos. Hasta la fecha, se han identificado tres periodos de tiempo principales en el que las cuevas fueron usadas.
En primer lugar, está intrincada red de grutas fueron usadas como cámaras funerarias desde el año 1000 a.C. Avanzando en la corriente del tiempo, proporcionaron un lugar seguro donde vivir durante los conflictos ocurridos en el siglo X. Finalmente, para la década de 1400, muchas de estas cuevas se utilizaron como miradores militares, cámaras de meditación y unidades de almacenamiento.
Es difícil imaginar la inmensa cantidad de rastros y huellas sobre las antiguas culturas que se pueden encontrar en el interior de estos senderos tallados en la roca. La gran mayoría de las cuevas aún no han sido exploradas, por lo que se siguen organizando expediciones para adentrarse más y más en esta mina de información.
Un trabajo de excavación casi imposible
El solo hecho de intentar llegar a las cuevas de Mustang es un verdadero desafío, incluso para exploradores acostumbrados a este tipo de terreno. El suelo es muy inestable y a cada paso que se da, hay que tener cuidado con las rocas sueltas y los deslizamientos. Ahora bien, ¿cómo fue posible que, hace 2.000 años atrás, se dibujaran túneles en su interior?
Esta y otras preguntas aún no tienen respuestas concretas. Todavía queda mucho por descubrir en esta intrincada red de caminos con túneles en la piedra. Objetos y reliquias antiguas, y un sinfín de tesoros más, siguen a la espera de alguien capaz de encontrarlos. No solo hace falta mucha habilidad, sino también buenas dosis de valentía.
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