Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto 83 nuevos cuásares de una época en que el universo era solo una décima de lo que es en la era actual.
Los cuásares, son los centros luminosos de las galaxias y están alimentados por agujeros negros supermasivos extremadamente activos. Este descubrimiento nos brinda información valiosa sobre los primeros mil millones de años del cosmos.
Los hallazgos se informan en cinco artículos diferentes, que detallan las propiedades de los objetos. Los investigadores revelaron que la región que observaron contiene 100 cuásares del universo primitivo, de ellos solo conocíamos 17. Estiman que, en promedio, el espacio entre los agujeros negros supermasivos es de alrededor de mil millones de años luz.
El equipo de investigación utilizó datos tomados con el instrumento HSC (Hyper Suprime-Cam), montado en el Telescopio Subaru del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, que se encuentra en la cima de Maunakea en Hawai. El HSC tiene un campo de visión referente a siete veces el área de la luna llena, montado en uno de los telescopios más grandes del mundo. Los investigadores hicieron sus observaciones a lo largo de 300 noches, repartidas en cinco años.
Los descubrimientos
Entre sus descubrimientos, el equipo ha encontrado el segundo cuásar más lejano hasta la fecha. Su luz proviene de una época en que el universo tenía unos 700 millones de años.
«Los cuásares que descubrimos serán un tema interesante para futuras observaciones de seguimiento con instalaciones actuales y futuras», dijo el líder del equipo, Yoshiki Matsuoka, de la Universidad de Ehime en Japón, en un comunicado.
«También aprenderemos acerca de la formación y la evolución temprana de los agujeros negros supermasivos, al comparar la densidad numérica medida y la distribución de la luminosidad con las predicciones de los modelos teóricos», agregó.
Otro hallazgo importante
Los investigadores también han encontrado el tercer cuásar más distante a una distancia similar al segundo. Como se informó en The Astrophysical Journal Letters, su distancia es solo una de sus características peculiares. Lo que hace que este objeto sea especial es el hecho de que no es particularmente luminoso ni particularmente masivo. Sus propiedades son comparables a lo que observamos en los cuásares en el universo actual. El hecho de que tengan una contraparte tan temprano en la historia del cosmos es muy importante.
Exactamente cómo se forman los agujeros negros supermasivos sigue siendo un misterio. Después de la emisión del Fondo de Microondas Cósmico, 370,000 años después del Big Bang, el universo entró en la «Edad Oscura Cósmica», una época en que no brillaba ninguna luz visible. Después de varios cientos de millones de años, las primeras estrellas comenzaron a formarse y la materia se reunió en las primeras galaxias. En el centro de esas galaxias había agujeros negros supermasivos que engullían material con tal energía que los centros galácticos brillaban como cuásares.
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Creemos que los agujeros negros se forman jerárquicamente. Los agujeros negros pequeños, que podrían ser el resultado de supernovas, se fusionan y crecen cada vez más. Pero algunos de ellos son demasiado grandes para haberse formado así en el tiempo transcurrido desde el Big Bang. ULAS J1342 + 0928, el cuásar más distante, está alimentado por un agujero negro de 800 millones de veces la masa del Sol.