En el lado oeste del Valle del Nilo existe un canal gigantesco que conecta todas las pirámides y estuvo oculto durante milenios, hasta que un equipo de arqueólogos espaciales lo detectó.
Desde hace mucho tiempo, los arqueólogos tomaban en consideración la posibilidad de que existiera un antiguo brazo del río Nilo que pudo ser utilizado para transportar grandes bloques de piedra y la mano de obra necesaria para construir enormes monumentos hace miles de años. Un dato confirmado por papiros que muestran a los trabajadores trayendo bloques de piedra caliza usando barcas.
Ahora, un equipo de investigadores encabezado por la Dra. Eman Ghoneim, directora del Laboratorio de Teledetección Espacial y profesora en la Universidad de Carolina del Norte en Wilmington, ha revelado la topología y la ubicación exacta de este conducto de 100 kilómetros de largo.
Según los investigadores, la agrupación de pirámides a lo largo del margen desértico occidental de la llanura aluvial del Nilo indica que la zona pudo haber contado alguna vez con un gran curso de agua capaz de soportar ambiciosos proyectos de construcción.
El descubrimiento
Utilizando datos de radar satelitales, Ghoneim inspeccionó el valle del Nilo desde el espacio. Debido a que las ondas de radar pueden penetrar el suelo, y así apreciar la enorme vía fluvial que terminó secándose con el tiempo, las imágenes brindaron acceso a un «mundo invisible de información debajo de la superficie», que reveló la presencia de un lecho de río seco que serpentea a través del desierto y tierras agrícolas a lo largo de unos 100 kilómetros (62 millas) y medio kilómetro o más de ancho.
La extinta vía fluvial, que va de Fayum a Giza, pasa por 38 sitios piramidales diferentes, por ello, los investigadores la han denominado Rama Ahramat (que significa «la vía de las pirámides» en árabe).
El equipo ahora planea analizar núcleos de suelo del antiguo lecho del río para determinar si estuvo activo durante los Reinos Antiguo y Medio (hace 3.700 a 4.700 años), cuando se construyeron las pirámides.
Un hallazgo importante para la historia
Según indicó Ghoneim, el descubrimiento de este canal proporciona nuevos conocimientos sobre la construcción de las pirámides de Giza, comenzando por la propia elección del lugar, puesto que el agua fluía justo al lado de ellas, es de suponer que los faraones Keops, Kefrén y Micerino decidieron construir sus tumbas aquí precisamente por la presencia del canal: las barcas que llevaban los bloques de piedra podían dejarlos literalmente a los pies de la obra, facilitando enormemente el trabajo.
Además, la exploración de las antiguas ramas del Nilo también podría ayudar a los arqueólogos a descubrir los secretos del Antiguo Egipto al permitir a localizar otros sitios perdidos.
A medida que desaparecieron las ramas, las ciudades y pueblos del Antiguo Egipto también se llenaron de sedimentos y desaparecieron, y no tenemos ni idea de dónde encontrarlos. Siguiendo la pista de los antiguos cursos de agua, los investigadores tienen más posibilidades de descubrir estos antiguos asentamientos, todo lo cual «ayudará a comprender nuestra historia», dijo Ghoneim.
El hallazgo fue presentado durante el XIII Congreso Internacional de Egiptología.