Descubren fragmento de la Biblia que estuvo ‘oculto’ durante 1.500 años

Un científico australiano descubrió un ‘capítulo oculto’ de la Biblia, que estuvo escondido dentro de una traducción en los capítulos 11 y 12 del Evangelio de Mateo.

El hallazgo fue realizado por el medievalista Grigory Kessel, de la Academia Austríaca de Ciencias (OeAW), quien usó fotografías ultravioleta en un pergamino de alrededor de 1.750 años de antigüedad.

El texto hace parte de una traducción siríaca que fue borrada por un escriba en Palestina. Esto ocurrió porque los pergaminos escaseaban en el desierto en la Edad Media, por ello los manuscritos a menudo se reciclaban de esta manera.

Antiguos textos fueron borrados

Como parte del Proyecto Palimpsestos del Sinaí, un grupo de investigadores pretenden recuperar algunos de estos textos, que fueron borrados y sobrescritos por escribas en los siglos IV-XII d.C.

Las páginas contenían fragmentos que datan de la antigua Siria. Según Kessel y su equipo de investigadores, solo se conocían dos manuscritos que contenían la antigua traducción siríaca del libro sagrado. Los dos se mantienen a salvo en la actualidad en la Biblioteca Británica de Londres y el Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí en Egipto.

Sin embargo, recientemente fueron identificados fragmentos de un tercer manuscrito, cuando los científicos del Proyecto Palimpsestos del Sinaí usaron fotografía ultravioleta iluminando los manuscritos con fluorescencia o diferentes longitudes de onda de luz, en la tercera capa del texto de un pergamino.

El texto apareció cuando fue estudiado bajo luz ultravioleta. Crédito: Biblioteca Vaticana

Usando estos métodos modernos, los investigadores ya han descifrado 74 manuscritos, pero el último hallazgo fue particularmente especial, ya que contiene una traducción un siglo más antigua que las traducciones griegas más antiguas, incluido el Codex Sinaiticus.

El fragmento oculto

La traducción, escrita por primera vez en el siglo III d.C. y copiada en el siglo VI d.C., aún no se ha publicado en su totalidad, pero ofrece un poco más de detalle que la traducción griega del capítulo 12 de Mateo. En el versículo 1 de la traducción griega, una oración dice «en ese momento Jesús pasó por los campos de trigo en sábado; y sus discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar las espigas y a comer», mientras que la traducción siríaca descubierta por Kessel termina «comenzaron a arrancar las espigas, a frotarlas en sus manos, y a comerlas».

Imagen ilustrativa.

Claudia Rapp, directora del Instituto de Investigación Medieval de la Academia Austriaca de Ciencias indicó que este descubrimiento «demuestra lo productiva e importante que puede ser la interacción entre las modernas tecnologías digitales y la investigación básica cuando se trata de manuscritos medievales».

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El descubrimiento ofrece una «puerta de entrada única» al período más antiguo en la trayectoria de la transmisión literaria de los Evangelios. Además, proporciona nuevas perspectivas sobre las variaciones en la información que se encuentra en las traducciones.

Referencias: DW / The Jerusalem Post.

 

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