Geólogos internacionales vinculados al Instituto Oceanográfico de Woods Hole, posiblemente hayan efectuado el mayor descubrimiento en la historia del planeta. Se trata de un misterioso canal subterráneo que mide un poco más de 1.600 kilómetros, y conecta a las Galápagos con Panamá.
Este impresionante hallazgo, abre una nueva ventana de investigación hacia una parte que la ciencia no ha estudiado a profundidad, la evolución química. Para los científicos, ésta sería la mejor oportunidad para comprender mejor la diversidad geoquímica interna que presenta el planeta.
¿Cómo descubren el misterioso canal subterráneo?
El descubrimiento del misterioso canal subterráneo, se hizo gracias a que los expertos localizaron unas muestras magmáticas que fueron transportadas por «el viento del manto», que sopla bajo la corteza terrestre. De acuerdo con los investigadores, existen muchas probabilidades que por este túnel pueda salir magma.
Para determinar que el material volcánico es proveniente de la pluma mantélica de Galápagos, los científicos aplicaron varias técnicas de investigación. Por un lado recabaron información geoquímica de rocas y fluidos hallados en el mencionado canal. También emplearon isótopos de helio y se obtuvieron imágenes telúricas del subsuelo del planeta.
Además, el equipo de geólogos liderado por David Bekaert, efectuaron una medición de temperatura a una imprevista composición de gases volcánicos presentes en la zona. Esto como una medida para hacer seguimiento, a los movimientos a gran escala que tiene lugar bajo la corteza terrestre.
¡A 100 kilómetros bajo tierra!
Según los cálculos realizados por el grupo de científicos, el misterioso canal subterráneo está localizado a unos 100 kilómetros de profundidad del suelo. El estudio ha revelado que va en dirección de las Islas Galápagos hacia Panamá, recorriendo una distancia cercana a los 1.609 kilómetros.
Más interesante aún es lo que plantea Bekaert en su informe, donde afirma que por ese túnel se puede desplazar «material volcánico» desde las galápagos hasta Panamá.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores siguieron el rastro dejado por el material más caliente que procede de las capas internas de la tierra, que se levantan sobre la pluma del manto en las Islas Galápagos.
Como resultado, pudieron notar que una vez que empiezan a moverse esos materiales dentro del manto menos profundo del planeta, también comienza a moverse cierta cantidad de ese material, pero de forma lateral. Posiblemente impulsados por los llamados vientos del manto.
«Este evento representa una manera de transporte de materiales que se estudia por primera vez en la Tierra», expresó el científico David Bekaert.
Una zona geológica bastante curiosa
En estos términos definen los expertos encargados de la investigación la zona geológica entre Panamá y las Islas Galápagos. Porque ambos territorios están situados sobre diminutas placas tectónicas, estas a su vez se encuentran rodeadas de placas tectónicas de mayor tamaño.
Las placas más grandes cuentan con una zona llamada de «subducción», que es producto del encuentro con las zonas continentales. Como consecuencia de ese encuentro, las placas terminan por hundirse en lo más profundo del manto.
Lo curioso de esta área geológica es que, la región se hunde lo suficiente para impedir el transporte lateral de materiales. Pero resulta que la placa tectónica de Panamá funciona más bien como una ventana de losa, permitiendo que el material fluya mucho más allá de la zona de subducción.
¿Qué significado tiene? A pesar de los millones de años que la Tierra pueda tener, continúa siendo un sistema con mucho dinamismo. Así mismo se caracteriza por la presencia de materiales a gran escala que se mueven constantemente a muchos kilómetros del subsuelo.
Un campo de la Tierra poco estudiado
Para David Bekaerty su equipo de científicos, descubrir el misterioso canal subterráneo entre las Islas Galápagos y Panamá, significa una oportunidad única en la historia de la ciencia moderna.
Porque pudiera permitirle a los investigadores comprender detalladamente, cómo ha evolucionado la estructura química del planeta durante su ciclo geológico que abarca millones de años.
Por otro lado, los científicos tienen poco conocimiento del manto líquido recién descubierto, de manera que ahora podrán analizarlo plenamente. Y así darle una explicación al mundo entero de otras anomalías similares que ocurren alrededor del mundo.
Referencias: Muy interesante / DW.
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