Científicos japoneses han identificado moléculas orgánicas que contienen nitrógeno de 4 mil millones de años en un meteorito marciano.
El hallazgo brindaría un nuevo argumento a favor de los partidarios de la idea de que hay vida en Marte, ya que el meteorito posee nitrógeno atrapado en la roca, uno de los componentes básicos de la vida tal como lo conocemos.
Los investigadores del Instituto de Ciencias de la Vida Terrestre (ELSI) del Instituto de Tecnología de Tokio, Japón, y del Instituto de Ciencias Espaciales y Astronáuticas de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, encontraron las moléculas orgánicas en el meteorito marciano llamado Allan Hills (ALH) 84001, nombrado así por el área de la Antártida en la que fue descubierto en 1984.
Hallazgos
El material orgánico fue detectado gracias a una técnica llamada espectroscopía de absorción de rayos X, contiene nitrógeno en minerales de carbonato de color naranja, que generalmente se forman en el agua subterránea. Por lo tanto, los hallazgos no solo insinúan la vida pasada en Marte, sino que el planeta rojo seco y desolado que conocemos hoy puede haber sido en un momento un mundo húmedo y habitable similar a la Tierra.
Este objeto una vez formó parte de la superficie del Planeta Rojo, pero fue lanzado al espacio por un impacto de meteorito hace unos 15 millones de años antes de caer finalmente a la Tierra.
Los minerales hallados, pueden registrar el ambiente acuoso temprano de Marte, incluido el nitrógeno, un elemento esencial para toda la vida en la Tierra y un componente necesario de proteínas, ADN y ARN.
Atsuko Kobayashi, uno de los autores del hallazgo, sugiere que la detección del nitrógeno indica que el Marte joven no era no tan rico en oxígeno como el actual.
«Nuestra química de nitrógeno nos dice que la atmósfera no tenía mucho oxígeno cuando se formaron estas moléculas, lo cual es una información nueva», señaló el experto.
El estudio, también sirve como prueba de que las huellas tempranas de la vida pueden conservarse durante millones de años y detectarse aún hoy.
Los hallazgos se han publicado en Nature Communications.