Un equipo internacional de científicos ha detectado una señal de la mayor fusión de agujeros negros observada hasta la fecha.
Según reportó el observatorio de Ondas Gravitacionales LIGO, el producto de esa fusión es un agujero negro con una masa estimada de 142 soles. Asimismo, el hallazgo también reporta la primera detección clara de un agujero negro de masa intermedia (una categoría que se sitúa entre los de masa estelar y los agujeros negros supermasivos) con una masa total de más de 100 masas solares.
La extraordinaria señal, llamada GW190521, fue captada el 21 de mayo de 2019 con los detectores LIGO (Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory), en Estados Unidos, y Virgo, alojado en el Observatorio Gravitacional Europeo (EGO), en Italia.
We are excited to announce the discovery of #GW190521, observed by @LIGO and @ego_virgo on May 21st 2019: the most massive binary #BlackHoles merger detected yet! Read the full story at https://t.co/trAV3KwqmN pic.twitter.com/6Vhh7IWkvf
— LIGO (@LIGO) September 2, 2020
La señal, que consiste en cuatro cortas vibraciones, tuvo una duración extremadamente breve, menos de una décima de segundo. Su origen se encuentra a más de 7.000 millones de años luz de distancia, cuando el Universo tenía cerca de la mitad de su edad actual, lo que la convierte además en una de las fuentes de ondas gravitacionales más distantes detectadas hasta ahora.
GW190521 es la onda binaria gravitacional más masiva observada a lo largo de la historia y está conformada por dos agujeros negros con masas de aproximadamente 85 y 66 masas solares, cuyo resultado produjo la formación de un agujero negro remanente.
Un agujero negro muy diferente a los conocidos
Hasta ahora, la NASA ha clasificado los agujeros negros en dos tamaños «radicalmente diferentes». Por una parte, los agujeros negros estelares que son de 10 a 24 veces más masivos que el Sol y, por otra, los agujeros negros supermasivos, que son millones o miles de millones de veces la masa del Sol.
Sin embargo, los astrónomos han sospechado que podría haber agujeros negros de masa intermedia que registran entre 100 y 1.000 veces la masa del Sol, cuya evidencia se ha confirmado el día de hoy.
«Este es realmente uno de los eventos de masa increíblemente alta que esperábamos ver, pero no estaba claro que, en realidad, esos agujeros negros de masa alta existieran», comentó la astrofísica Zsuzsanna Marka.
Para los investigadores, los datos obtenidos les llevan a estar prácticamente convencidos de que, efectivamente, la única explicación posible para la señal GW190521 es la fusión de dos enormes agujeros negros de un tamaño nunca visto hasta ahora. ¿Pero qué pasaría si esa señal de ondas gravitacionales hubiera sido producida por algo completamente nuevo y desconocido?
El hallazgo se ha reportado en dos artículos publicados en Physical Review Letters y Astrophysical Journal Letters.