Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto una misteriosa corriente de ondas de radio entre dos cúmulos de galaxias. Se trata de un fenómeno astronómico nunca antes visto y los científicos aún no saben por qué ocurre.
Al rastrear la emisión de partículas intergalácticas, los astrónomos han observado campos electromagnéticos que se extienden entre dos grupos cúmulos convergentes de galaxias por primera vez.
En el Universo, la materia se distribuye en forma de una ‘red cósmica’, que consiste en estructuras filamentosas en cuyas intersecciones se forman colosales concentraciones de miles de galaxias llamadas cúmulos. Los cúmulos de galaxias son los objetos más grandes vinculados gravitacionalmente en el universo. Aumentan lentamente en masa al capturar el gas cercano y se fusionan con otros grupos.
Cómo lo detectaron
Las señales fueron detectadas por el satélite Planck en 2013 y 2016, y corresponden a la presencia de electrones que viajan casi a la velocidad de la luz por un campo magnético que conecta a ambos cúmulos de galaxias, separados por 1.000 millones de años luz de distancia, según explican los investigadores en un artículo publicado en la revista Science.
Los dos grupos, ubicados a aproximadamente 330 millones de años luz de la Tierra, se llaman Abell 0399 y Abell 0401. Un filamento gaseoso que conecta los dos grupos contiene partículas aceleradas cargadas eléctricamente, emitiendo radiación de sincrotrón y produciendo una señal de radio característicamente difusa (que es a menudo llamado un halo).
La ‘cresta de la radio’, como lo llaman los investigadores, se extiende por más de 10 millones de años luz. El equipo de investigación concluyó que la cresta era probablemente una extensión de los campos magnéticos y las interacciones de partículas de alta velocidad que se producen dentro de los grupos.
«El par de grupos Abell 0399 y Abell 0401 es verdaderamente excepcional», dijo en un comunicado la autora principal, la Dra. Federica Govoni, del Observatorio de Cagliari. Durante mucho tiempo, nuestro grupo ha sabido que ambos grupos tienen un halo de radio. Más recientemente, el satélite Planck ha demostrado que los dos sistemas están conectados por un delgado filamento de materia».
«La presencia de este filamento despertó nuestra curiosidad y nos llevó a investigar si el campo magnético podría extenderse más allá del centro de los grupos, impregnando el filamento de materia que los conecta».
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«Con gran satisfacción, la imagen obtenida con el radiotelescopio LOFAR confirmó nuestra intuición, mostrando lo que puede definirse como una especie de ‘aurora’ en escalas cósmicas», continuó.
LOFAR, o Low-Frequency Array , es una gran red de telescopios compuesta por 51 estaciones y más de 25,000 antenas individuales distribuidas en los Países Bajos, Alemania, Irlanda, Francia, Suecia y el Reino Unido. Los observatorios individuales funcionan como un único radiotelescopio de tamaño continental. Esta alta sensibilidad fue clave para detectar el débil halo emitido por la cresta magnética entre los grupos de galaxias.
Los hallazgos son reportados en la revista Science.