¿Te imaginas formar parte de un pueblo donde el fanatismo religioso extremo predomina a más no poder?, debido a esto hablaremos un poco sobre los juicios de Salem.
Los juicios de Salem son una sucesión de audiencias religiosas que se dieron en varios condados del estado de Massachusetts en Estados Unidos alrededor de 1692 y 1693 (antes parte de la colonia inglesa) de los cuales los más conocidos fueron los del condado de Salem.
En estas colonias vivían los puritanos, que eran un grupo de personas que decían que la máxima autoridad sobre los asuntos humanos era Dios, para ello, todos debían vivir una vida humilde y obediente. Los puritanos tenían como objetivo purificar la Iglesia Anglicana, eliminando las prácticas católicas y acercando su liturgia al calvinismo. Por otro lado, este movimiento religioso tenía un estudio privado de la Biblia con lo cual justificaban que todo lo malo que pudiese suceder era un castigo divino.
La religión era lo más importante, ellos no podían fallar de sus practicas religiosas por ningún motivo, por lo tanto temían a «la ira de Dios» por tan solo desviarse un poco de las costumbres, y es por esto cada quien vigilaba del otro para evitar cualquier alejamiento religioso.
¿Pero para qué?, para capturar, condenar y ejecutar a todas aquellas personas que tuvieran relación directa o indirecta con la práctica de la brujería, debido a que pues era un delito grave para las colonias inglesas la práctica de esto.
Primer caso de brujería
El primer «caso» de brujería que se dio en Salem fue en dos niñas (Betty Parris y Abigail Williams), quienes pasaban la mayoría de su tiempo con una sirvienta antillana (Tituba), la cual les hablaba sobre cosas de terror, además les enseñaba trucos de manos los cuales no eran visto de manera ética y religiosa por parte de la población.
Esto cambió cuando ambas niñas empezaron a presentar síntomas como convulsiones, cambio de comportamientos normales a bestiales de un momento a otro, incoherencias en el habla, entre otros síntomas, los cuales al poco tiempo empezaron a causar temor entre la población.
Una posible explicación es que las personas hubiesen sido víctimas de envenenamiento por centeno contaminado, el cual produce alucinaciones y otros síntomas físicos muy similares a los de estas niñas.
Es aquí cuando comienza la aparición de rumores e histeria, lo cual dio lugar a mas hechos parecidos que al paso del tiempo iban aumentado a tal punto en el que más de 200 personas fueron detenidas y otras tantas encarceladas, sin embargo, muchas de estas personas detenidas nunca fueron procesadas por falta de pruebas que fueran irrefutables y claras para su enjuiciamiento.
Hombres y Mujeres fueron condenados a muerte
Tanto mujeres como hombres fueron acusados de la práctica de brujería, cada una de estas personas presentaban una serie de enfermedades peculiares, posiblemente asociadas a la mente, que iban desde epilepsias hasta las psicosis.
A partir de ahí, muchas personas desarrollaron los mismos síntomas que las niñas Betty Parris y Abigail Williams (aunque en algunos casos más extremos que en otros).
Al final fueron aproximadamente veintiséis personas las que terminaron siendo ejecutadas por ahorcamiento; un total de 19 mujeres y 7 hombres.
En abril de 1692, el terror de los juicios llegó a su fin… Años después, en 1703, Ann Putman (la primera presunta víctima de brujería) ofreció una disculpa pública por haber causado la muerte de personas inocentes. Sus palabras, son citadas a continuación:
«Yo, deseo ser humillada delante de Dios por la triste y humillante providencia que sacudió a la familia de mi padre en el año ’92; año en que yo, entonces una niña, por la providencia de Dios, fui el instrumento para que varias personas fueran acusadas de cometer un grave crimen y condenadas a muerte posteriormente. Hoy tengo buenas razones para creer que eran inocentes y que todo fue un engaño que Satanás me tendió en aquella triste época. Con lo cual me temo que fui un instrumento, junto a otros, que, sin saberlo trajimos a esta tierra -y a nosotros mismos- la culpa de haber derramado sangre inocente». (Declaración recuperada por Frances Hill en 2002).
Debido a la naturaleza de sus presuntos delitos, no permitieron que las víctimas fuesen sepultadas en terreno sagrado. Se cree que las enterraron en lugares privados y en el año 2017, se erigió en Salem un monumento en su honor.
A lo largo de la historia han existido muchos casos similares que prueban que la religión llevada a puntos extremos puede terminar muy mal, a tal punto de matar a personas inocentes con el fin de «evitar o aplacar la ira de Dios». El fanatismo religioso puede ser letal, peor aun mezclado con miedo. En mi opinión fue un terrible error dejarse guiar por los rumores de cada una de las personas, quienes preferían acusar por temor a ser juzgados. Y a pesar de que en ese tiempo no existía ninguna forma de diagnosticar enfermedades mentales, la mayoría de las víctimas tuvieron patrones que pudieron llevar a la conclusión de que ninguna de estas personas tenían relación alguna con demonios si no que estaban mentalmente enfermas.
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