El pasado 23 de septiembre la Tierra debería haber quedado destruida tras colisionar con un hipotético planeta X, también conocido como Nibiru, según predijo en agosto David Meade, un escritor estadounidense aficionado a la astronomía y la numerología bíblica. Sin embargo, dado que todavía seguimos vivos, es evidente que algo impidió la llegada del fin del mundo.
Meade no ha retirado sus palabras pero ha modificado su postura en cuanto a la predicción, afirmando que en realidad el pasado sábado dio comienzo a algo más catastrófico. El escritor comentó a ‘The Washington Post‘: “No es que el mundo esté llegando a su fin, pero sí lo está haciendo el mundo tal y como lo conocemos. Una parte importante del mundo no será la misma a principios de octubre”.
Para justificar su teoría, Meade se basó en los diversos huracanes, terremotos e incluso en el eclipse solar que han tenido lugar últimamente, recoge ‘The Independent‘. Su predicción se basa en un versículo de la Biblia y un código numérico que encontró en el Apocalipsis de san Juan, específicamente el número 33.
“Es un número bíblicamente y numerológicamente muy significativo. Estoy hablando de astronomía. Estoy hablando de la Biblia… y fusiono ambas cosas”, afirmó el escritor, cuya predicción para el 23 de septiembre se basaba en el hecho de que este sábado se cumplían exactamente 33 días del gran eclipse solar que se observó en EE.UU.
Según el Meade, el pasado sábado el misterioso planeta Nibiru debería haber colisionado con la Tierra, desencadenando tsunamis, erupciones volcánicas y terremotos. Sin embargo, en numerosas ocasiones las especialistas desmintieron la existencia del enigmático planeta.
Por ejemplo, en 2012 el especialista de la NASA Don Yeomans escribió sobre Nibiru que “no existe ninguna prueba telescópica ni de ningún otro tipo” de la existencia del planeta “ni hay ninguna prueba de su efecto gravitacional sobre otros cuerpos celestes del Sistema Solar”.