Existen varias estructuras de piedra extrañas en el mundo, pero es posible que una de las más misteriosas se encuentre en Japón; Masuda no-iwafune, es un enigmático monolito de origen desconocido que desconcierta a los expertos.
Durante décadas, ésta estructura ha generado controversia dentro de la comunidad científica, por su enigmática forma y, obviamente, su procedencia.
Pero de por sí, el pueblo donde se encuentra ya es todo un misterio; Asuka está dentro del distrito de Takaichi, en la prefectura de Nara. Se trata de una villa bastante antigua y con mucho interés histórico.
Los orígenes del pueblo datan del periodo de los Kofun Jidai, alrededor del 250 al 552 d. C. Una época que se caracterizó por los extraños túmulos funerarios en forma de llave y rodeados de fosos.
Actualmente, la villa es más conocida por las diferentes piedras de granito talladas con formas realmente sorprendentes. Pero sin duda, la que más resalta de todas ellas es la Masuda no-iwafume; conocido popularmente como «El Barco de roca de Masuda».
El Barco roca de Masuda; un Monolito misterioso
Con 11 metros de largo, 8 metros de ancho, 4.7 metros de alto casi 800 kilos de peso, el ‘Barco de roca de Masuda’ ha sido de parte de una gran controversia para la arqueología.
Está ubicado en la cima de una colina, la parte superior es perfectamente plana y cuenta con dos agujeros cuadrados de un metro exactos, con una línea de cresta paralela a ambos orificios.
Su base posee hendiduras en forma de celosía que, según los expertos, podría estar relacionado con el proceso usado por los constructores para aplanar la roca.
Hasta la fecha, no existe indicio alguno que revele la procedencia de la roca, quién la talló, si estaba sobre la colina y fue trasladada hacia ese lugar. Pero existen algunas teorías que intentan explicar el inusual monolito.
En Asuka hay muchos templos y santuarios budistas, lo que sugiere que su tallado fue obra de los monjes, posiblemente como algún fin religioso o ceremonial. El problema principal de esta teoría radica en que Masuda no-iwafune no se parece en absoluto al estilo de construcción usado por los budistas en ninguno de sus períodos.
Otra teoría nace de su propio nombre «el barco de roca de Masuda»; se cree que la piedra se talló en honor al lago Masuda, el cual en su momento, sus orillas se encontraban en las cercanías.
¿Un observatorio astronómico?
La hipótesis más popular es que fue un punto de observación para los astrónomos. Al mirar la línea de la cresta que atraviesa toda la parte superior de la piedra, se aprecia que está paralela a la cresta de la montaña de Asuka.
Además, se alinea con la puesta del Sol durante la «entrada de la primavera doyou», lo cual sucede 13 días después del término solar «Pura Luminosidad».
Este día era de suma importancia en el calendario lunar, especialmente para los primeros agricultores de Japón, ya que así sabían cuando comenzaba la temporada agrícola.
A pesar de las diferentes perspectivas que apoyan esta teoría, la misma ha sido descartada por estudiosos que no reconocen a la roca como una estación de observación astronómica.
Historiadores han declarado que lo más probable es que solo sea parte de una antigua tumba destinada a la familia real. Aunque es una hipótesis bastante posible, eso no explicará su extraña forma. Además, en años de exploración, jamás se encontró restos humanos en sus cercanías.
Otras curiosidades
Para hacer aún más curiosa la historia de Masuda no-iwafune, existe otra piedra en Japón que guarda similitudes con ella: el megalito de Ishi no-Hoden.
Esta piedra se encuentra Takasago y mide 6.45 metros de largo, por 5.7 metros de ancho y 4.45 metros de altura. Tiene crestas muy parecidas a los costados, aunque no tiene agujeros visibles, pero los expertos creen que estos están bajo los árboles, en su parte superior.
Actualmente, este monolito es usado como santuario para el dios sintoísta Oshiko Jinja, pero al igual que Masuda no-iwafume, no se sabe quién lo construyó ni para qué motivo.
Utsuro-bune
Para muchos, el monolito guarda similitud con la historia de Utsuro-bune, cuyo significado sería ‘barco hueco’. Cuyos relatos aparecen en tres textos: Toen shōsetsu (1825), Hyōryū kishū (1835) y Ume-no-chiri (1844).
La leyenda cuenta que un objeto desconocido supuestamente llegó en 1803 a la provincia de Hitachi en la costa este de Japón. En el misterioso objeto se encontraba una joven de entre 18 y 20 años con piel ‘pálida’ y rasgos físicos diferentes a los japoneses. Los pescadores la llevaron tierra adentro para investigar más, pero la mujer no pudo comunicarse en japonés. Posteriormente, los pescadores la devolvieron a ella y su ‘barco’ al mar, y se fue.
Aunque Los expertos siguen estudiando la piedra, parece que cada esfuerzo es en vano. No se encuentran pruebas definitivas que revelen quien o para qué fue construida. Lo único seguro es que, tanto el ‘Barco de piedra de Masuda’, como el resto de monolitos de Asuka, sugieren que una civilización anterior ocupó la zona ¿Pero quién?
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