Oricalco, el segundo metal más valioso. Según escritos de Platón, cubría las paredes circulares de la Atlántida y del Templo de Poseidón.
El oricalco es un metal desconocido y enigmático. Platón habló sobre la minería en la isla de la Atlántida, donde se extraía el oricalco y otros metales preciosos como el oro y la plata. Este metal dorado y rojizo habría sido escogido por el propio Poseidón, usado para cubrir las paredes exteriores circulares de la ciudad perdida. Se piensa que podría haber sido real, aunque su origen sigue siendo un misterio.
La palabra oricalco (también orichalcum) significa “cobre de montaña” y viene del griego oreikhalkos. Es mencionado por primera vez por Hesíodo en el siglo VII a. C. El metal habría sido parecido al oro. Historiadores consideran que este metal legendario pudo haber sido una aleación de cobre y zinc, similar al «latón dorado», como se conoce en la actualidad.
La Atlántida estaba construida en forma de anillos circulares, junto con canales de agua. El oricalco cubría paredes exteriores de la ciudad y también cubría paredes, pilares y pisos del Templo de Clito y Poseidón, ubicado en el centro.
El oricalco, ¿metal mítico basado en una variación del cobre?
Se piensa que el oricalco era conocido por los antiguos griegos, ya que Platón lo nombra sin mucha explicación (en el diálogo Critias). El metal precioso también aparece en escritos de los hebreos: Josefo, en Antigüedades de los Judíos, escribió que las vasijas del Templo de Salomón estaban hechas de oricalco.
Según el arqueólogo alemán Paul Borchardt, los pueblos bereberes del norte de África describían una Ciudad de Latón (ciudad perdida). Varios escritores árabes medievales también hablaron de esa ciudad de latón, que evoca a las paredes circulares de la Atlántida.
Según el profesor Albert Slosman (1925-1981), el oricalco podría ser el mismo auricalcita marroquí, un derivado del cobre. Slosman apoyaba la visión clásica de que la Atlántida se encontraba en el océano Atlántico y que luego de la gran inundación, los atlantes habrían migrado al norte de África, asentándose en Egipto.
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En una noticia reciente, los titulares sorprendieron con el hallazgo de 39 lingotes de oricalco en un naufragio de hace 2600 años, cerca de la costa de Sicilia. No obstante, esa interpretación ha sido criticada, ya que la Atlántida habría existido en los años 9.600 a. C. y este naufragio es de la Edad de Bronce. Se piensa que los lingotes provenían de Chipre, una isla griega con mucha producción de cobre (y sus variaciones).
¿Oricalco en los Andes?
La hipótesis de que la Atlántida estaba ubicada en el altiplano de Bolivia es polémica, aunque bien expuesta. La riqueza del oro de los Incas es muy conocido. Algo sorprendente es que en los Andes se puede encontrar una rara aleación de cobre y oro. La arqueóloga Dr. Karen Olsen Bruhns escribió que esa aleación era la tumbaga, muy importante para los indígenas precolombinos.
De hecho, en los Andes hay numerosas minas de cobre, y al norte de Chile se habló de una «Fiebre de oro rojo», el cual ¡recuerda al dorado rojizo del oricalco!.
El oricalco es una de las sustancias mitológicas más misteriosas, entre los metales preciosos importantes para la leyenda griega atlante. Parece muy probable que se haya basado en variaciones de cobre del mediterráneo (como el de Chipre).
Referencias: Atlantipedia / Derematerialia.
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