Un equipo de arqueólogos en Noruega han descubierto un barco fúnebre vikingo enterrado, de más de 1,000 años de antigüedad, gracias al uso de tecnología de georadar.
Los investigadores del Instituto Noruego de Investigación del Patrimonio Cultural (NIKU, por sus siglas en noruego) han visto una quilla —pieza que va de popa a proa por la parte inferior del barco y en la que se asienta toda su armazón— de 13 metros de largo, a pocos metros de una iglesia, justo debajo del suelo de un túmulo funerario en la isla de Edøy, en el oeste de Noruega.
Aunque la proa y popa parecen haber sido destruidas, se cree que el barco una vez tuvo 17 metros de largo.
El descubrimiento fue realizado utilizando georadar de alta resolución desarrollado por el Instituto Ludwig Boltzmann de Prospección Arqueológica y Arqueología Virtual (LBI ArchPro).
De gran importancia histórica
En un comunicado, Knut Paasche, Ph.D., jefe del departamento de arqueología digital de NIKU, explicó que solo se conocen tres entierros de barcos vikingos bien conservados en Noruega, los cuales fueron excavados hace mucho tiempo. El barco será de gran importancia histórica, agregó.
El barco es del período merovingio o vikingo y tiene más de 1,000 años, según informó Paasche.
Se cree que los entierros de barcos vikingos estaban reservados para personas de estatus significativo en la comunidad. Descubrimientos como este aportan nuevos conocimientos sobre la importancia de lugares específicos durante la era vikinga.
Otros hallazgos
Sin embargo, aún no se sabe si los restos humanos y los artefactos vikingos se encuentran dentro del barco enterrado, aunque estos si se han encontrado en otros entierros de barcos.
Los arqueólogos también han visto rastros de asentamientos en sus datos, pero dicen que es demasiado pronto para fecharlos.
Los descubrimientos de la era vikinga han entusiasmado a los arqueólogos en los países nórdicos, el Báltico y Escocia en los últimos años. Un misterioso entierro de un barco vikingo doble, por ejemplo, fue descubierto recientemente en Noruega, intrigando a expertos.
De igual manera, científicos británicos recrearon el rostro herido en batalla de una guerrera vikinga que vivió hace 1,000 años.