Solo quedan los últimos retoques del diseño y, por supuesto, construirlo. La NASA ha presentado la versión sobre el papel del que será su próximo vehículo en Marte, proyectado para ser lanzado durante el verano de 2020. Si todo va como está previsto, este robot de seis ruedas como su antecesor, el Curiosity, llegará al Planeta rojo en febrero de 2021 para buscar indicios de vida pasada sobre el terreno. Pero hará algo esencialmente distinto al resto de rovers marcianos: después de recoger muestras de suelo y rocas, las depositará en lugares concretos para que una futura misión pueda recuperarlas y traerlas a la Tierra.
El vehículo investigará una región de Marte que pudo alguna vez haber sido favorable para la vida microbiana. «Esta misión marca un hito importante para determinar si la vida ha existido alguna vez en Marte y para avanzar en nuestro objetivo de enviar seres humanos hasta allí», ha explicado Geoffrey Yoder, administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas de la NASA en Washington.
Para reducir el riesgo y los costes, el rover de 2020 se parecerá mucho a su predecesor de seis ruedas y una tonelada de peso, el Curiosity, pero llevará una serie de nuevos instrumentos científicos y mejoras para explorar Marte como nunca antes. Por ejemplo, el robot llevará a cabo la primera investigación sobre el uso y la disponibilidad de los recursos del planeta, incluyendo el oxígeno, en preparación para una hipotética misión humana.
Recogida de rocas
El nuevo rover llevará un sistema completamente nuevo para recoger y preparar las rocas marcianas y muestras del suelo, que incluye un taladro de extracción sobre su brazo y un bastidor de tubos de muestra. Cerca de 30 de estos tubos se depositarán en ciertas localizaciones para que sean recuperados más adelante por otra misión. En los laboratorios de la Tierra, las muestras de Marte podrían ser analizadas en busca de evidencias de vida pasada y los posibles riesgos para la salud de una colonia humana que pretenda establecerse allí.
Dos instrumentos científicos montados en el brazo robótico del rover se utilizarán para buscar signos de vida pasada y determinar dónde recoger las muestras mediante el análisis de las características químicas, minerales, físicas y orgánicas de las rocas marcianas. En el mástil del rover, otros dos instrumentos proporcionarán imágenes de alta resolución y tres tipos de espectroscopia para caracterizar las rocas y el suelo desde la distancia, que también ayudarán a determinar qué objetivos explorar con más detalle.
Un conjunto de sensores en el mástil y la cubierta supervisarán las condiciones meteorológicas y el medio ambiente polvoriento, y un radar de penetración terrestre evaluará la estructura geológica del subsuelo.
Aterrizaje seguro
El vehículo utilizará el mismo sistema de aterrizaje con grúa del Curiosity, pero tendrá la capacidad de aterrizar en un terreno más desafiante gracias a un par de mejoras, por lo que los sitios más escarpados pueden ser elegidos como candidatos para un aterrizaje seguro. Por ejemplo, se controlará mejor donde se abrirá el paracaídas de frenado, lo que reduce la zona de aterrizaje a la mitad. Además, durante el descenso, el rover podrá decidir si la zona donde va a aterrizar es demasiado insegura, y desviar su trayectoria a otra zona cercana que resulte menos peligrosa.
Un conjunto de cámaras y un micrófono capturarán las imágenes nunca antes vistas y los sonidos nunca antes oídos de la secuencia de entrada, descenso y aterrizaje en Marte. La información de las cámaras de descenso y el micrófono proporcionará datos valiosos para ayudar en la planificación de futuros aterrizajes en Marte y harán el descenso aún más emocionante para el público en general.
Las misiones espaciales de este tipo deben pasar por cuatro exámenes técnicos y programáticos rigurosos conocidos como Key Decision Points (PDK). La Fase A involucra el concepto y la definición de los requisitos; la fase B es preliminar del diseño y la tecnología de desarrollo; la Fase C es el diseño final y la fabricación, y la Fase D comprende el montaje de sistemas, pruebas y puesta en marcha. Mars 2020 acaba de pasar al punto PDK-C, lo que significa que comenzará a ser fabricado.
La misión a Marte 2020 es parte del Programa de Exploración de Marte de la NASA, que incluye actualmente dos vehículos activos y tres naves espaciales en órbita alrededor de Marte. La NASA también planea lanzar un módulo de aterrizaje fijo en 2018, InSight, para estudiar el interior profundo del Planeta rojo.