Un equipo internacional de astrónomos reporta haber observado por vez primera un exoplaneta semejante a Júpiter, utilizando una novedosa técnica llamada interferometría óptica.
Gracias a ello, los investigadores han estudiado la atmósfera de un exoplaneta aproximadamente a 129 años luz de la Tierra. Esta es la primera detección directa de un exoplaneta que usa este método y además ha revelado que este mundo distante está siendo azotado por una tormenta global.
HR8799e, como se conoce al planeta, es completamente inhóspito y fue descubierto por su tránsito sobre el astro al que orbita. Es un super-Júpiter que pesa entre cinco y 10 veces la masa del gigante de gas del Sistema Solar. Tiene solo 30 millones de años, un planeta bebé en términos cósmicos. A pesar de no tener nada parecido en nuestro Sistema Solar, este objeto podría proporcionarnos información sobre los años formativos de los planetas.
Este planeta aún tiene energía sobrante de su formación y por esta razón, es realmente caliente. HR8799e se ilumina en rojo con una temperatura de aproximadamente 1,000 °C (1,800 °F). Sus características extremas dan lugar a complejos fenómenos atmosféricos, incluida una tormenta en todo el planeta.
«Nuestras observaciones sugieren una bola de gas iluminada desde el interior, con rayos de luz cálida que se arremolinan a través de tormentosas nubes oscuras», dijo en un comunicado el líder del equipo Sylvestre Lacour, investigador del Observatoire de Paris y el Instituto Max Planck para Física Extraterrestre.
«La convección se mueve alrededor de las nubes de partículas de silicato y hierro, que se desagregan y caen hacia el interior. Esto pinta un cuadro de una atmósfera dinámica de un exoplaneta gigante al nacer, que experimenta procesos físicos y químicos complejos».
El hallazgo de HR8799e
El novedoso método observación con el cual detectaron a HR8799e, combina las señales luminosas registradas por cuatro telescopios diferentes. Esto permitió a los científicos analizar directamente el exoplaneta y les proporcionó datos 10 veces más detallados que los obtenidos en registros anteriores.
Para alcanzar este nivel de detalle, el equipo utilizó el instrumento GRAVITY, que convierte las cuatro unidades del sistema de telescopios VLT (Very Large Telescope) del Observatorio Europeo del Sur (ESO), con sede en Chile, en un único telescopio gigante con 25 veces más poder de resolución. Y esto llevó a algunos descubrimientos sorprendentes sobre el planeta.
Los datos recogidos fueron procesados por un interferómetro, que separa los haces de luz que recorren trayectorias ópticas distintas y mide con alta precisión las longitudes de ondas, por una herramienta combinadora de haces de GRAVITY. Este método supone que cada objeto «es observado por separado interferómetricamente, pero una telemetría láser muy precisa monitorea constantemente la trayectoria óptica diferencial entre dos objetos», explican los investigadores en su artículo.
«Nuestro análisis mostró que HR8799e tiene una atmósfera que contiene mucho más monóxido de carbono que metano, algo que no se espera de la química del equilibrio», explicó Lacour. «Podemos explicar mejor este resultado sorprendente con vientos verticales altos en la atmósfera que evitan que el monóxido de carbono reaccione con el hidrógeno para formar metano».
La investigación se encuentra publicada en Astronomy & Astrophysics.