A pesar de lo que diga la ciencia, las pruebas de que la Tierra fue habitada por seres descomunalmente grandes existen. Dominaron el planeta e incluso, existen pruebas de que hubo Gigantes en Latinoamérica.
Han sido uno de los más grandes misterios de la historia humana, los Gigantes no son mencionados únicamente en las culturas o civilizaciones alrededor del planeta, su existencia es clave y fundamental en las historias y el folclore de muchas de ellas.
Su existencia está confirmada, inclusive, en la Biblia y una gran cantidad de textos sagrados del pasado. Aun así, por razones que desconocemos, los estudiosos y la ciencia de la corriente principal no aceptan la existencia de los Gigantes.
Existen muchos vestigios de estas razas de Gigantes en toda Latinoamérica; específicamente en Centroamérica y Sudamérica.
Gigantes aztecas
Una de las memoras antiguas de Bernal Díaz del Castillo relata que durante la época de la conquista de México, Hernán Cortés le envió al Rey de España un fémur que medía lo mismo que un hombre adulto.
Según los textos antiguos, los aztecas habían explicado a los conquistadores que en tiempos pasados, una raza de Gigantes peligrosos y malvados habitaron ese lugar, sin embargo, ellos habían luchado contra ellos, exterminándolos durante la guerra.
Huesos encontrados en Ecuador y Perú
Pero los españoles no se encontraron con estas enigmáticas historias solo en el Imperio Azteca. En Ecuador también se escucharon extraños relatos acerca de otra raza de gigantes que en la antigüedad, había sembrado el caos en los habitantes del Guayaquil antiguo.
En 1543, Juan de Olmos, el gobernador de Puerto Viejo, decidió llevar a un grupo de hombres y les ordenó que excavaran la zona en búsqueda de algún tesoro… ¿Su sorpresa? se encontraron con huesos tan grandes que, si no hubiesen aparecido junto a los cráneos, hubiera resultado imposible para cualquiera pensar que eran de seres humanos.
En Perú también hay claros indicios de la existencia de estos colosales seres; en el Museo del Oro de Lima se conserva un cráneo deformado y de gigantescas dimensiones, y Glenn Kimball relata que en un museo privado consiguió ver momias que median hasta 3 metros, algunas de estas con cabello de color rojo.
El encuentro de Magallanes con los patagónicos
Pero es posible que un hombre del viejo continente se topara con los últimos especímenes vivos de Gigantes. Magallanes, en junio de 1520, decidió anclar su flota en el puerto de San Julián, en Argentina.
El explorador fue testigo la existencia de hombres gigantes que superaban los dos metros y treinta centímetros de alto, a los que le dio el nombre de «patagónicos», pues vestían mocasines de cuero, por lo que sus pies se asemejaban a unas «patas» de animales.
La tibia gigante de la patagonia chilena
Durante 1962, cerca de Punta Arenas, en la Patagonia chilena, Hueichatureo Chicuy después de excavar, consiguió un montículo de tierra que cubría una inmensa tibia humana. De acuerdo a los estudios, la persona a quien le pertenecía este hueso, debía medir al menos los 3 metros de altura.
Cómo se puede observar, durante toda la historia y en todo el mundo, existieron y existen pruebas de la existencia de estos seres ¿Por qué la historia tradicional quiere hacernos creer que no es así?.
Referencias: Wired, conspiraciones1040
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