Científicos detectaron recientemente inexplicables sonidos de baja frecuencia en nuestra estratosfera, hasta ahora no se reconoce ninguna fuente que pueda ocasionarlos.
La estratosfera es la segunda capa de la atmósfera de la Tierra, que se extiende hasta 50 kilómetros (30 millas) por encima de nuestro planeta. Es relativamente tranquila, pero a través de ella es posible escuchar sonidos débiles provenientes de la troposfera, la parte que habitamos.
Recientemente, un equipo de investigadores, dirigido por Daniel Bowman de los Laboratorios Nacionales Sandia en Nuevo México, descubrió algunos sonidos espeluznantes que se repiten varias veces por hora en la estratosfera. Los sonidos se registraron en el rango de infrasonido, lo que significa que son inaudibles para el oído humano.
«Hay misteriosas señales de infrasonido que ocurren varias veces por hora en algunos vuelos, pero la fuente de estas es completamente desconocida», dijo Bowman en un comunicado.
La investigación
Entre 2016 y abril, Bowman y sus colegas recopilaron datos utilizando varias docenas de globos aerostáticos alimentados por energía solar que miden más de 7 metros (23 pies) de ancho, equipados con sensores de infrasonidos llamados microbarómetros y agregando polvo de carbón. La propiedad de oscurecimiento del carbón permite que la luz del sol caliente el aire dentro del globo haciendo que floten, de esta manera, los globos pueden volar alrededor de 21.3 km sobre la Tierra.
Inicialmente, los globos fueron diseñados para monitorear volcanes, capaces de detectar sonidos de baja frecuencia y rastrearon sus rutas usando sensores GPS.
Por lo general, las fuentes de los sonidos estratosféricos se remontan a eventos naturales como tormentas eléctricas y colisiones entre las olas del océano. También se pueden recoger actividades humanas, como turbinas eólicas o explosiones. Pero en este caso, el peculiar sonido captado no ha podido ser explicado por ningún especialista.
Los hallazgos fueron compartidos por Bowman en la 184ª Reunión de la Acoustical Society of America en Chicago. Una de esas grabaciones de un globo que dio la vuelta a la Antártida contenía infrasonidos de olas oceánicas que chocaban. Sin embargo, también se escucharon misteriosos crujidos en la grabación.
Estudiar la estratosfera es muy importante. Aquí es donde se encuentra la capa de ozono, que protege la vida en la Tierra de la luz ultravioleta más peligrosa del Sol.
Bowman y su equipo planean continuar investigando los datos recopilados para determinar la fuente detrás de los misteriosos ruidos.
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