Como es bien sabido, los gatos y perros perdidos pueden regresar con sus amos incluso si se han perdido a varios kilómetros de su hogar. Uno de estos casos fue inmortalizado por los ciudadanos de Murmansk, una ciudad rusa ubicada en el extremo noroeste del país, donde un gatito viajó grandes distancias hasta reunirse con sus dueños.
Los científicos han determinado que los miembros de la familia de los gatos pueden viajar entre 600 y 700 kilómetros. Pero entre las adorables criaturas ronroneadoras hay verdaderos récords, como el caso de un gato siamés que tuvo un largo viaje hasta regresar a su casa.
En 1985 Nikolai Vasilyevich, encontró un pequeño gatito siamés que había sido abandonado. A pesar que la familia ya tenía un perro como mascota, decidieron adoptar también al gatito, al que llamaron Semyon.
En 1987, Nikolai y su esposa Aleftina, decidieron junto con su hija Olga y su sobrino de 20 años, irse de vacaciones a Moscú. Allí, sus parientes estaban listos para albergarlos. Por supuesto, las mascotas de la familia también iban a ir al viaje.
La tragedia golpeó tres días antes de la partida. Timofey, el perro de la familia, fue a acompañar (como era su costumbre) hasta la parada de autobuses a Nikolai cuando este se iba para el trabajo, pero en el camino de regreso a casa lo atropelló un autobús. La pareja estaba consternada por lo sucedido, y no eran los únicos, pues Semyon no se alejó de la puerta durante varios días, esperando que su amigo regresara.
Semyon desaparece
Finalmente, la familia se fue de vacaciones con Semyon a bordo. El camino fue largo y agotador, incluso se perdieron varias veces durante el trayecto. Cuando llevaban un largo trecho recorrido pensaron que Semyon tenía mucho rato en silencio…
El gato no estaba en el auto, al parecer en uno de los sitios por los que pasaban, en medio del viaje había saltado por la ventana. Pero, al no conocer el área, la familia no pudo encontrarlo. No importa lo difícil que fue para ellos, tuvieron que seguir adelante, ya que era sencillamente imposible encontrar a su mascota en la desconocida capital. Todos estaban muy molestos y por un largo tiempo el silencio reinó en el auto.
Cuando la familia regresó a casa, inmediatamente les contaron a sus vecinos y parientes la triste historia. Tuvieron que encontrar la fuerza para aceptar otra pérdida.
Un milagro inesperado
Seis años y medio después, en el invierno de 1994, un vecino llamó a la puerta. En sus brazos se encontraba un minino que, al instante, saltó y se dirigió con confianza hacia el piso, exactamente donde antes se encontraba el cuenco de comida Semyon. Entonces Nikolai y Alevtina se dieron cuenta de que se trataba de su gato, había conseguido superar la ruta de 2.000 kilómetros (1.243 millas) y llegar hasta sus dueños.
La historia se difundió por todo Murmansk, llegando al periódico local y más tarde a un cortometraje sobre el devoto gato viajero, llamado «Historia del amor».
Pero eso no es todo, por su coraje, amor y devoción a la familia con la que vivía, el gato Semyon recibió un gran honor. En su memoria se inauguró en 2013 un monumento en Murmansk, como un recordatorio del amor puro y sincero de las mascotas por sus dueños y como el inolvidable acto de increíble lealtad y resistencia felina demostrado por Semyon.
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En el monumento de bronce de Semyon puede apreciarse un pequeño gato gordo que lleva todas sus posesiones mundanas en un pequeño bulto con un palo, a modo de mochila. Se instaló en uno de los lugares favoritos de descanso para la gente del pueblo, en la orilla norte del lago Semyonovskoe.
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