Un equipo de arqueólogos del Instituto Checo de Egiptología ha descubierto un alijo de artefactos prácticamente intactos, relacionados con la práctica de la momificación del Antiguo Egipto.
El hallazgo se llevó a cabo durante las excavaciones arqueológicas dentro de un grupo de pozos funerarios que datan de la Dinastía XXVI (664 a. C.-525 a. C.) y principios de la XXVII (525-404 a.C.), que se encuentran en la parte occidental de la necrópolis de Abusir, cerca de Saqqara.
Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, explicó que este alijo se encontró dentro de un enorme pozo de 5,3 x 5,3 metros y una profundidad superior a los 14 metros.
El hallazgo
El depósito contiene materiales de embalsamamiento únicos, que consisten en 370 vasijas grandes de cerámica divididas en 14 grupos, situados a profundidades distintas, que iban desde los 4 a los 12 metros, y se unían a los lados del pozo en un patrón en forma de espiral. Cada grupo contiene de 7 a 52 vasijas, que a su vez tienen restos de materiales que se usaron en el proceso de momificación.
Waziri indicó además que en la parte más alta del depósito se encontraron cuatro vasos canopos vacíos (recipientes que servían para guardar las vísceras momificadas del difunto) hechos de piedra caliza, grabados con textos jeroglíficos con el nombre de su propietario, una persona llamada Wahibre-mery-Neith, hijo de la dama Irturu.
Los expertos indican que a juzgar por el tamaño del depósito de embalsamamiento y, principalmente, por las dimensiones y disposición de la tumba cercana, el dueño de la sepultura (y se supone que también del depósito) debió de ser un alto dignatario.
Uno de los descubrimientos más importantes de este tipo
Miroslav Barta, jefe de la misión, señaló que «el pozo de Abusir, fue construido de manera similar al famoso enterramiento del faraón Zoser bajo su pirámide escalonada, estos desempeñaron un papel importante como forma de expresión cultural de las élites egipcias en esa época tardía».
Según los expertos, este sería probablemente el hallazgo más grande de este tipo llevado a cabo en Egipto.
Además, el director adjunto de la Misión Checa, Mohammad Megahid, confirmó que las excavaciones arqueológicas continuarán en el área todo el año 2022. Al mismo tiempo, se iniciarán estudios y análisis del contenido de las vasijas de cerámica aplicando métodos científicos modernos para tratar de develar sus misterios milenarios.
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La momificación en el Antiguo Egipto era una parte integral de los rituales para los muertos, que implicaba la preservación del cuerpo para garantizar que el difunto fuera aceptado en el más allá. Los antiguos egipcios creían que el alma, ka, que representaba la vitalidad, abandona el cuerpo una vez que la persona muere. Solo si el difunto está correctamente embalsamado, el ka regresará para que pueda vivir por la eternidad en el más allá.
Referencias: Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto / National Geographic.
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