Hallan un escarabajo bioluminiscente de 99 millones de años fosilizado en ámbar

Hallan un escarabajo de luz de 99 millones de años fosilizado en ámbar

Un escarabajo productor de luz atrapado en ámbar, muy bien conservado durante 99 millones de años, arroja luz sobre la diversificación de los insectos bioluminiscentes del Cretácico.

Los insectos bioluminiscentes han fascinado a los científicos durante mucho tiempo, pero se sabe poco sobre cómo estos animales obtuvieron las habilidades para producir su propia luz.

Ahora, un equipo internacional de científicos ha descubierto en el norte de Myanmar (Birmania), un escarabajo productor de luz excepcionalmente bien conservado, que proporciona el eslabón perdido entre entre los insectos bioluminiscentes prehistóricos y las luciérnagas modernas, según un comunicado de la Universidad de Bristol (Reino Unido), que participó en la investigación del fósil.

Cretophengodes azari, un escarabajo fósil productor de luz del ámbar birmano del Cretácico. Crédito: Chenyang Cai

Durante mucho tiempo, para los científicos  ha sido un misterio por qué los escarabajos antiguos podían brillar, se sabe poco acerca de las transiciones que experimentó la evolución de estas peculiares formas de vida, ya que el registro fósil de estos insectos de cuerpo blando es sumamente escaso.

Además, sus diferentes características morfológicas han evolucionado de forma independiente, muchas veces en diferentes grupos. De ahí la importancia del descubrimiento de este antepasado, ya que se espera que arroje luz sobre su evolución.

El escarabajo biolumiscente hallado

El insecto ha sido clasificado como una especie de la familia Cretophengodidae que vivió en el período Cretácico. Se trata de un extinto pariente muy lejano de las luciérnagas modernas. Los insectos modernos como las luciérnagas son parte de los coleópterospolífagos Elateroidea, la misma clasificación de animales de la superfamilia de la que proviene el escarabajo.

El espécimen descrito es un un macho, con un cuerpo de 7,3 milímetros de largo, ojos grandes y prominentes, antenas con 12 segmentos ramificados y élitros oblongos que cubren casi por completo su abdomen.

Lo que sorprendió a los científicos fue el órgano de luz ubicado en su abdomen. Ese órgano le dio al insecto bioluminiscencia, la capacidad de un organismo vivo para producir su propia luz.

Pariente de las luciérnagas

Basándose en sus parientes lejanos como las luciérnagas, los científicos creen que la bioluminiscencia fue usada por estos animales como mecanismo de defensa. Hoy en día, algunas larvas de escarabajos jóvenes de la misma superfamilia han usado la luz para protegerse de los depredadores, y se sabe que los adultos usan sus habilidades de luz para atraer parejas.

Las luciérnagas modernas producen luz a través de una reacción química en su cuerpo. Cuando una serie de ingredientes que incluyen el compuesto luciferina y la enzima luciferasa interactúan con el oxígeno, se produce una luz parpadeante.

Las luciérnagas están en riesgo de extinción en todo el mundo
Crédito: Unsplash

La bioluminiscencia, o la producción de luz por organismos vivos, ha evolucionado más de 30 veces de forma independiente en varios grupos de organismos. Los escarabajos productores de luz son los organismos bioluminiscentes más extendidos y abundantes en la Tierra; esta propiedad juega un importante papel en el reconocimiento de pareja, así como en la señalización, comunicación y atracción de presas.

El estudio fue publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society B.

 

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