Una nueva investigación permitió encontrar las primeras evidencias de que los humanos antiguos lograron sobrevivir y prosperar refugiándose en una cueva tubular de lava durante 7.000 años.
Un estudio realizado por el Centro Australiano de Investigación para la Evolución Humana (ARCHE) de la Universidad Griffith, se centra en la cueva de Umm Jirsan, situada en el norte de Arabia Saudita, y el material hallado en su interior, que abarca el período desde el Neolítico hasta el Calcolítico/Edad del Bronce, es decir, entre 10.000 y 3.500 años de antigüedad.
Estas formaciones naturales fueron creadas por el intenso calor de las erupciones volcánicas hace mucho tiempo, en la actual Arabia Saudita.
El estudio revela nuevas pruebas de actividades humanas antiguas. Además, proporciona una comprensión más profunda de cómo vivían los antiguos humanos que habitaron y visitaron el lugar.
Hallazgos en la cueva de Umm Jirsan
En el lugar se encontró una gran cantidad de artefactos que han aportado numerosos conocimientos sobre la vida cotidiana, las prácticas culturales y las adaptaciones ambientales de sus antiguos habitantes.
Es así que el análisis isotópico de restos de animales permitió revelar que el ganado se alimentaba principalmente en pastos y arbustos silvestres, mientras que los humanos mantenían una dieta rica en proteínas, con un aumento notable en el consumo de plantas a lo largo del tiempo, lo que sugiere el surgimiento de la agricultura de oasis.
Además, en la cueva se descubrió arte rupestre. Las superficies del tubo de lava están adornadas con representaciones artísticas de ganado vacuno, ovejas, cabras e incluso perros.
Estas imágenes ofrecen una ventana a los tipos de animales que criaban estos primeros pueblos, ofreciendo información sobre los inicios de la domesticación animal.
Asimismo se encontraron restos orgánicos, que confirmaron el uso de ese refugio natural y áreas circundantes por pastores en la antigüedad.
Aunque los humanos no tenían una presencia permanente en la cueva tubular de lava, la estructura natural proporcionó refugio a las personas y a sus rebaños durante miles de años. En el duro entorno del desierto, la promesa de un descanso del sol, el viento y el calor habría hecho que Umm Jirsan fuese una parada prehistórica perfecta.
“Si bien las localidades subterráneas tienen importancia mundial en arqueología y ciencia del Cuaternario, nuestra investigación representa el primer estudio integral de este tipo en Arabia Saudita”, dijo el profesor Michael Petraglia, director de ARCHE.
Gracias a que este lugar está protegido de elementos agrestes y extremos, su conservación permitió que el estudio nos ayude a comprender un poco mejor la gran historia de la resiliencia y adaptación humana en nuestro planeta.
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