Un equipo de científicos del Instituto de Tecnología de Georgia (EE.UU.) han encontrado nuevas evidencias que apuntan a que un exoplaneta ya descubierto podría albergar vida, según se desprende del nuevo estudio, cuyos resultados han sido publicados en Georgia Tech.
Localizado en 2014, el Kepler 186f es el primer planeta de tamaño similar a la Tierra que fue descubierto en la zona habitable de su estrella, es decir, a una distancia de su sol que le permite tener una temperatura moderada necesaria para la existencia de agua en forma líquida en su superficie.
Según han podido establecer los científicos con ayuda de simulaciones, este cuerpo celeste tiene la misma inclinación axial estable que la Tierra, lo que apunta a un eventual cambio regular de las estaciones y a la estabilidad de las condiciones climáticas en dicho planeta, factor clave para surgimiento y mantenimiento de la vida.
¿Qué tan importante es la inclinación axial para el clima? Para comprenderlo mejor, podríamos tomar como ejemplo la gran variabilidad en la inclinación axial de Marte, la cual podría ser una razón clave por la cual este planeta se transformó de un paisaje acuoso hace miles de millones de años en un desierto estéril.
«Marte está en la zona habitable de nuestro sistema solar, pero su inclinación axial ha sido muy inestable, variando de cero a 60 grados», dijo la asistente del profesor de Georgia Tech Gongjie Li , quien dirigió el estudio junto con el estudiante graduado de Harvard Yutong Shan. «Esa inestabilidad probablemente contribuyó a la descomposición de la atmósfera marciana y la evaporación del agua superficial».
El estudio precisa que la inclinación axial, tanto de la Tierra como del Kepler 186f, es de unos 23 grados. De esta forma, ahora los científicos tienen más evidencias de una presencia de vida en este planeta.