Investigadores descubren un nuevo depredador de colosal tamaño, que hace unos 360 millones de años acechaba a sus presas en lo que hoy es Sudáfrica.
Bautizado como Hyneria udlezinye o «el que se come a otros» en xhosa, -una de las once lenguas oficiales de Sudáfrica-, la nueva especie de pez, tenía cerca de 3 metros de largo y se consideraba el pez óseo prehistórico más grande jamás descubierto en la región sudafricana.
Con sus potentes colmillos, cazaba a toda clase de animales, incluidos los primeros tetrápodos, un grupo de vertebrados con cuatro extremidades que, con el tiempo, evolucionarían hacia los mamíferos, y al grupo ancestral que dio lugar al linaje humano, entre otros.
Este pez mortal pertenecía a un grupo extinto de peces con aletas lobuladas llamados tristichoptéridos (Tristichopteridae), que habitaron durante el período Devónico Tardío, antes los dinosaurios.
«Imagínese un enorme pez depredador, que superaba fácilmente los 2 metros de longitud y se parecía a un caimán moderno, pero con una cara más corta, como la parte delantera de un torpedo», explicó Per E. Ahlberg, coautor del estudio y profesor del Departamento de Biología de Organismos de la Universidad de Uppsala (Suecia).
Dónde encontraron los restos de este pez gigante
Hyneria udlezinye habitaba las aguas fluviales del antiguo supercontinente meridional Gondwana, ahora conocido como África, América del Sur, la Antártida, India, Madagascar y Australia.
Sin embargo, los investigadores han indicado que se documenta una presencia mucho más amplia de este pez, que pudo vivir incluso en el círculo polar.
En 1995 se realizaron los primeros descubrimientos relacionados con esta especie gigantesca de pez asesino, cuando se encontraron escamas fosilizadas en en una excavación en Waterloo Farm localidad sudafricana cerca de Makhanda.
Recientemente, los investigadores han reunido por fin un esqueleto de la nueva especie descubierta de este antiguo pez, que permitió a los científicos hacer la recreación de un cuerpo entero.
El fósil de esta nueva especie se conserva en el Museo de Albany. Está formado por huesos dérmicos y partes del esqueleto y aletas emparejadas. Robert W. Gess, coautor del estudio y paleontólogo e investigador asociado del Museo, explicó que la disposición de las aletas, principalmente hacia la parte posterior del cuerpo, son una característica ecológica de los depredadores al acecho, que con movimientos rápidos y repentinos podían sorprender a su presa.
«Hyneria habría acechado en las sombras oscuras y esperado a que pasara algo», dijo Gess.
Este pez óseo gigante desapareció con la extinción masiva del Devónico, que acabó con aproximadamente el 80% de las especies.
La investigación ha sido publicado en la revista PLoS ONE.
Referencias: Live Science / Ciencia Plus.
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