Un meteorito que se estrelló en el sureste de Australia en 1969 contenía el material más antiguo que existe en la Tierra.
El objeto espacial, tenía granos de polvo formados hace entre 5.000 y 7.000 millones de años. Un equipo internacional de científicos identificó el material, que contenía minerales compuestos por materiales aún más antiguos que nuestro Sistema Solar (4.600 millones de años), y que fueron expulsados hacia el universo tras la muerte de algunas estrellas.
Las estrellas tienen ciclos de vida, nacen cuando el polvo y el gas que flotan en el espacio se encuentran y luego se colapsan y se calientan. Continúan ardiendo durante miles de millones de años hasta que mueren, desencadenando una explosión de supernova. Cuando eso sucede, crean partículas conocidas como polvo de estrellas que se expulsan al universo y finalmente forman nuevas estrellas.
Investigadores del Field Museum, la Universidad de Chicago, ETH Zurich y otras universidades encontraron granos presolares en el meteorito, que son minerales formados antes de que naciera el Sol. El polvo de estrellas quedó atrapado en los meteoritos y permaneció sin cambios durante miles de millones de años.
«Estos son los materiales sólidos más antiguos jamás encontrados, y nos cuentan cómo se formaron las estrellas en nuestra galaxia», señala Philipp Heck, líder del estudio.
Cómo determinaron su antiguedad
Tras analizar 40 granos presolares de la roca espacial –que con casi 100 kilos de peso cayó en la localidad australiana de Murchison en septiembre de 1969–, los investigadores trabajaron para determinar la edad de los granos midiendo cuánto tiempo habían estado expuestos a los rayos cósmicos en el espacio. Los rayos son partículas de alta energía que viajan a través de la galaxia y penetran en la materia sólida.
Para fechar los granos, los científicos usaron un isótopo del elemento neón Ne-21.
El estudio encontró que algunos de los granos de la muestra fueron los más antiguos descubiertos jamás. La mayoría de ellos tenían entre 4,6 y 4,9 mil millones de años, y algunos incluso tenían más de 5,5 mil millones de años, algo nunca antes visto. Para el contexto, el Sol tiene 4.600 millones de años y la Tierra tiene 4.500 millones.
Este hallazgo revive el debate sobre si las nuevas estrellas se forman o no a un ritmo constante o si hay altibajos en el número de nuevos comienzos a lo largo del tiempo. Además, gracias a los hallazgos, los investigadores ahora saben que los granos presolares flotan en el espacio juntos en grandes grupos.
Los detalles de la investigación fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
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