Un grupo de arqueólogos ha descubierto en un establo perteneciente a una antigua mansión ubicada en un suburbio de Pompeya (Italia) los restos petrificados de un caballo ricamente adornado que murió mientras usaba su arnés durante la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C.
El animal estaba bien cuidado y sus restos conservan una montura con ricos adornos de bronce. Según Massimo Osanna, jefe del área arqueológica de Pompeya, la mansión perteneció a un militar de alto rango, tal vez un general, durante la antigua época romana.
El majestuoso animal era alto, estaba bien arreglado y tenía una silla de montar equipada con adornos de bronce ricamente decorados, según los expertos. La catastrófica erupción produjo cientos de toneladas de lava y gas tóxico que mató y petrificó al animal, así como a los otros caballos en el establo.
Fue encontrado en los terrenos de una gran villa en un suburbio de Pompeya que los científicos dicen que pudo haber pertenecido a un oficial militar de alto rango.
Los arqueólogos hallaron asimismo los restos de dos o tres caballos más, pero estos no se encontraban tan bien conservados.
Se encontraron restos de un arnés en uno de los animales que mantenían la mayor parte de su tejido blando gracias a las propiedades de conservación de la ceniza que lo sepultaron.
La erupción volcánica del Monte Vesubio destruyó las florecientes Pompeyas y Herculano, cerca del actual Nápoles.