La mayoría de las obras renacentistas tenían como eje central la religiosidad y la representación de la fe en cada uno de sus rostros: vírgenes abrazando a su niño santo, ángeles y apóstoles, pasajes bíblicos fácilmente reconocibles por cualquier creyente y amante del arte, etc. Pero ¿Y si existiera un cuadro donde se conjuga lo místico con lo paranormal?
Ya sabemos que existen numerosos cuadros enigmáticos a lo largo de la historia del arte, pero el cuadro del siglo XV “La Madonna con bambino e San Giovannino” (La Madonna con el niño y San Juan) parece desconcertante. Se trata de una elegante obra donde vemos a una joven virgen María junto a un San Juan infante, quien sujeta en sus brazos al niño Jesús.
Esta obra presenta algo realmente curioso –e inquietante- en la esquina superior de la derecha, donde puede observarse un extraño objeto en el cielo y justo encima del mar, que se distingue a lo lejos. Es algo ovalado y dispone de unos rayos que lo envuelven. A sus pies, y en el suelo, hay un hombre que parece observar este extraño objeto.
Hoy en día, esta obra se encuentra expuesta en la Sala d’Ercole del Museo Palazzo Vecchio, en Florencia, Italia. No se sabe con claridad quien es el autor, pero por el estilo, muchos especialistas apuntan que debía tratarse o bien de Sebastiano Mainardi o de Jacopo del Sellai, dos pintores florentinos que vivieron en la misma época y que tenían un estilo muy parecido.
Analizando la imagen un poco más al detalle existen más aspectos interesantes. Dicho platillo, nube o “aparición” deja entrever numerosos destellos luminosos envolviéndolo. Algo cegador que deslumbra a ese pastor antes nombrado, y a su perro, un animal que parece estar ladrando a dicho objeto no identificado.
Es un objeto ovalado, sin duda, algo desconcertante que atrae la atención de un pastor, quien para distinguirlo mejor sitúa su mano derecha sobre sus ojos, como cuando intentamos avistar algo lejano pero la luz del sol nos molesta y debemos cubrirnos. ¿Se trata entonces de un auténtico platillo volador? ¿O quizá el autor quiso dar a la escena una presencia de alguna otra divinidad o ser superior? ¿Son ángeles? ¿El ojo de Dios tal vez? Lo desconocemos.
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Cabe recordar que en esta época no existían aún artilugios o máquinas metálicas capaces de volar y surcar los cielos, sin embargo, al parecer, es lo que el autor quiso representar en este cuadro. Es como su hubiera aprovechado la representación religiosa de la Virgen, el niño y San Juan, para dejar en una esquina el testimonio de ese supuesto “platillo”. Tal vez él mismo tuvo algún tipo de contacto y quiso dejarlo plasmado en su obra.
¡Sean libres de llegar a sus propias conclusiones!