Meses atrás, los científicos detectaron el aumento inexplicable de las emisiones de sustancias prohibidas que siguen ocasionando graves daños a la capa de ozono.
La prohibición establecida en 2010 en el Protocolo de Montreal no logró que se redujeran las emisiones de tetracloruro de carbono, una sustancia nociva para la capa de ozono, de la que cada año se propagan cerca de 40.000 toneladas. Su mayor fuente era desconocida, hasta ahora.
Ahora, investigadores de la Universidad de Bristol, Reino Unido, confirmaron el origen de esas emisiones en la provincia de Shandong, en el este de China.
Así lo aseguró el químico Mark Lunt, quien expresó que, de acuerdo con los estudios, «las emisiones de tetracloruro de carbono de la región de Asia oriental representan una gran proporción de las emisiones mundiales», a la vez que advirtió que estas «son significativamente mayores a algunos estudios previos».
«A pesar de la eliminación gradual de la producción de tetracloruro de carbono para uso emisivo en 2010, no encontramos evidencia de una disminución posterior de las emisiones», aseguró.
Para cuantificarlas, los científicos emplearon datos de concentración atmosférica en tierra y aire en torno a la península de Corea y usaron dos modelos que simulan el transporte de gases a través de la atmósfera.
A partir de esos análisis, comprobaron que no solo no se redujeron las emisiones, sino que en algunas regiones tuvieron un leve incremento desde 2010.
Un problema mundial
«Todavía no conocemos los procesos ni las industrias responsables», aclaró Matt Rigby, coautor del estudio, quien también destacó la importancia de determinar si las emisiones se producen de manera intencional.
Además, advirtió que en otros lugares, como América del Sur, India y ciertas zonas de Asia, otras emisiones de gases de efecto invernadero, que destruyen la capa de ozono «pueden estar en curso, pero faltan mediciones atmosféricas detalladas».
El estudio ha sido publicado en Geophysical Research Letters.