Las dos principales compañías balleneras de la nación han decidido suspender su temporada de caza de ballenas de verano.
En 2003 Islandia reanudó la caza comercial de ballenas sumando la lamentable cifra de al menos 1.500 ballenas de aleta y minke asesinadas, según el Fondo Internacional para el Bienestar Animal.
Ahora, y gracias una reciente decisión, 2020 será el segundo año consecutivo en que no se sacrificarán ballenas en aguas islandesas. La decisión está guiada por razones económicas y no conservacionistas, informan medios locales.
Una razón de competencia
IP-Utgerd, un negocio islandés de caza de ballenas que se especializa en la caza de ballenas minke, ha anunciado que planea abandonar la caza de ballenas por completo, según la agencia de noticias AFP. Mientras tanto, Hvalur hf, la compañía ballenera más grande del país que se especializa en ballenas de aleta, ha detenido sus operaciones de caza de ballenas por segundo año consecutivo.
Hvalur hf. exporta su producción a Japón y no puede superar la competencia con las empresas que en ese país son subvencionadas por el Gobierno, comentó Kristján Loftsson, gerente de Hvalur hf.
Adicional a ello, las normas sanitarias para la carne de ballenas importada son más estrictas que las aplicadas para el control de la producción que proviene de compañías japonesas.
La pandemia del Covid-19 ayudó a tomar la decisión
Loftsson citó que la actual pandemia de Covid-19 jugó como un factor final en la decisión de la compañía.
Los empleados tienen que trabajar muy cerca unos de otros durante el procesamiento de esas carnes, lo que sería imposible mientras perdure el distanciamiento social por la pandemia del covid-19, según dice Loftsson. Al contagiarse uno de los empleados, todos tendrían que aislarse.
Esperamos que esta decisión conduzca a un cese permanente de esta terrible práctica en Islandia y más allá.
