Un intenso terremoto inicialmente acercó las islas cinco metros más, cuando golpeó la isla sur de Nueva Zelanda en noviembre de 2016. Ahora, dos años después, el monitoreo posterior al terremoto ha revelado que la tierra aún está cambiando debido a fallas no resueltas, con el Estrecho de Cook, el cuerpo de agua entre las dos islas, volviéndose cada vez más angosto.
La isla Sur y la isla Norte de Nueva Zelanda están siendo «arrastradas» y siguen acercándose, debido al intenso terremoto, informa Stuff haciendo referencia al instituto de investigación GNS Science, enfocado en geología, geofísica y ciencia nuclear.
Según indicó la doctora Sigrún Hreinsdóttir, el Cabo Campbell, localizado en la costa noreste de la isla Sur, está ahora 35 centímetros más cerca de Wellington, capital del país, ubicada en la isla Norte.
Además, la científica añadió que las estaciones de monitoreo GPS instaladas después del terremoto mostraron que la localidad de Kaikoura se había movido 15 centímetros hacia el este, Blenheim se había deslizado 15 centímetros hacia el noreste y Nelson 5 centímetros hacia el sureste (las tres localidades se encuentran en la isla Sur). A su vez, Wellington también se ha movido 5 centímetros hacia el noreste.
En cuanto a las causas de los desplazamientos, Hreinsdóttir sostuvo que era difícil determinar qué línea de falla era responsable de cada movimiento: «En realidad estamos teniendo todos estos cambios y la pregunta es, ¿cuál es el factor dominante?».
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La doctora añadió que el movimiento probablemente continúe durante años a un ritmo más lento.